amarlo no es suficiente

Amar a los hijos no es suficiente

Amar a los hijos no es suficiente, con amarlos no basta. Amar a tus hijos puede que no les baste si no lo notan en tus actos, en tu mirada. Amar a un hijo que has gestado, parido y criado es fácil. Es casi inevitable, es espontáneo y se hace sin esfuerzo. Pero demostrárselo, que ese amor le llegue a cada poro de su piel, que no tenga ni una duda de que eso es así, ya es más difícil.

“Es que yo le amo mucho”, me dicen a veces… y contesto “y él, ¿lo sabe, lo nota?” porque a veces la respuesta es no. Porque sin querer y con la mejor de las intenciones, nuestros actos no dicen “te quiero” sino al revés: “no te quiero”. Cuántos adultos, a pesar de saber desde la razón que sus padres les quieren no se han sentido nunca amados de verdad por ellos? ¿Qué hace la diferencia?

[bctt tweet=»El amor incondicional, que es muy fácil de escribir pero bastante más difícil de practicar. » username=»»]

Un amor que va ligado al respeto profundo, a la aceptación profunda de quién y cómo son, a apoyar y acompañar en todo momento. Que va ligado a desterrar de nuestra manera de actuar y educar los chantajes, las manipulaciones o los sobornos, todo lo que signifique, en su significado más profundo: “no te quiero siempre, sólo cuando haces o dices lo que yo quiero”.

Y esto es difícil, sí. Porque a veces nos encontramos sin recursos, ni herramientas, ni paciencia. Y nuestro comportamiento les confunde… lo que decimos con lo que hacemos no va de la mano y aunque digamos mil veces al día “te quiero”, si luego les chillamos, no les escuchamos o les pedimos cosas por las cuales no están preparados, lo que integra el niño es una sensación de no amor.

Porque no basta con amar, no basta. Y esto es lo difícil: superar, trascender lo que nos impide amar de esa manera incondicional, apartar de una vez por todas esas frases que no queremos decir, esos tonos de voz que no queremos utilizar, esos actos de falta de respeto profundo por ese ser, que es pequeño sí, pero que se lo merece todo.

“Es que lo hago por su bien”… no, no es por su bien. Es por el tuyo. Porque es más rápido conseguir lo que queremos, porque requiere una paciencia que quizás no tenemos, porque criar con consciencia es agotador. Pero tratarle sin respeto nunca es por su bien.

¡Qué difícil es aceptarle con sus virtudes y sus defectos, con sus luces y sus sombras…! ¡Qué difícil es amarle profundamente cuando grita, pega, llora y no escucha..! ¡Qué difícil es amarle cuando no se comporta como te gustaría o cuando se sale de todo lo que tu conoces o te han contado…! ¡Qué difícil es amarle cuando tienes que repetirle mil veces lo mismo porque parece no entenderlo…! ¡Qué difícil es amarle cuando no es como tu creías que sería…! ¡Qué difícil es amarle cuando estás agotada y te echarías a llorar porque ha tirado al suelo, sin querer, esa cena que hiciste ayer por la noche muerta de sueño, para no tener que ir tan agobiada hoy!…

Pero ¿sabes…? Así es como nos quieren ellos. Así. Incondicionalmente, en todo momento y en cualquier lugar. Así nos aman. Y nos lo demuestran a cada paso, de mil y una maneras, si queremos escuchar. Así nos aman, a pesar de todo y contra todo. Incondicionalmente.

Hagamos como ellos. Amemos incondicionalmente. Aceptémosles tal y como son, sin intención de cambiarles nada. Seamos conscientes que con amarlos no basta. Que hay que demostrárselo, que lo sientan, que lo palpen, que nos lo vean en los ojos… con nuestra mirada, nuestro tono de voz y nuestros actos.

Que de adultos nunca tengan la sensación que nuestro amor por ellos no estaba garantizado. Que dependía del momento, del humor, del lugar. Que no tengan nunca que contar a nadie “sé que me amaban, pero en realidad, nunca me sentí amada de verdad”.

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Míriam Tirado

Míriam Tirado

Consultora de crianza consciente y periodista especializada en maternidad, paternidad y crianza. Me dedico a ayudar a madres y padres a conectar con sus hijos/as.

10 comentarios

  1. Algo parecido me ha pasado a mí. Justo me he dado cuenta hace unas semanas, aunque ya notaba que había algo que no iba bien. Pensé que era una especie de depresión postparto, el estar sola, el no tener más apoyo que el de mi marido, el sentir que nadaba a contracorriente y que todos me juzgaban. Quería hacerlo lo mejor posible. Quería ser la mejor madre del mundo, pero me centré tanto en la teoría, que la práctica era nula. He estado completamente desconectada de mi hijo durante casi 2 años. Como es largo de contar, si quieres, te dejo mi reflexión aquí https://mamaaldesnudo.wordpress.com/2016/05/28/sin-conexion-con-mi-bebe/. Te agradecería, de corazón, que la leyeras. Y te agradezco, de manera infinita, tus posts y tus vídeos. Eres esa clase de persona que me encantaría tener cerca y abrazar. Gracias!!!

    1. Hola!! Aun no he leído tu post, pero solo con tu comentario me siento muy identificada con tus circunstancias y en las emociones que expresas…. Ahora mismo me leo tu post, pero antes de leerlo, decirte que estoy convencida, que seguro que lo habrás hecho mejor de lo que sientes o crees, pues solo con todo el esfuerzo en querer hacerlo bien, leer esas teorías, ya muestra mucho. Un abrazo enorme lleno de comprensión, cariño y respeto.

  2. En días como el que acabamos de tener hoy en casa, este texto cobra más sentido que nunca. Creo que me lo voy a leer un par de veces más antes de dormir para interiorizarlo bien! Qué difícil resulta conservar la paciencia cuando la situación te desborda, al amor incondicional le añado la mágica palabra que publicaste en una entrada anterior: «Respira»! Gracias de nuevo por tu trabajo! Un saludo

  3. Esta máxima se la aplico yo a todo: al inicio de la relación con mi marido le dije que para mí no bastaba que me quisiera, que necesitaba que me lo demostrase…y por suerte lo entendió y no se fue corriendo…Con mis hijos lo intento también y por eso a menudo cuando la situación me desborda y me enfado le dijo a mi hijo mayor, de 4 años, que aunque en este momento este un poco enfadada que le quiero igual
    Se lo digo mucho porque sé que se queda más tranquilo, pero se que lo que debería hacer es tener más paciencia y respetarlo más, como tú dices
    Y cuanta razón tienes con qué ellos nos quieren siempre: aunque les hayamos gritado o puesto nerviosas o enfadado siempre siempre quieren un abrazo
    Gracias por hacernos reflexionar y por poner escrito las cosas obvias que se nos pasan por alto

  4. MIRIAN que hermosas reflexiones nos regalas, no hay ninguna frase que no tenga sentido y mensaje. Me hace reflexionar inmediatamente y me hace entender nuevamente que debemos criar con apego desde el amor, estar presentes, ser padres conscientes, para comprender que cada una de nuestras acciones son reflejadas en nuestros hijos

  5. Gracias, gracias, gracias por hacernos parar para ser conscientes de nuestros errores causados por x pero que repercuten en nuestro trato diario con nuestros hijos.
    En mi caso, adoro a mi hija, pero reconozco que a veces todo lo acumulado del día me sobrepasa y no le ofrezco todo lo mejor de mí.
    «Respira» buen mantra…..lo interiorizare.
    Gracias

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