Sexo

Sexo (II)

Imaginaros una sala grande, con bastantes parejas: ellas embarazadas y ellos al lado, con ojos contentos, ilusionados. Todos sentados en el suelo, sobre cojines. Algunas de ellas ya tienen una barriga de esas que se hacen mirar por la calle. La mujer que conduce el grupo de las clases de preparación al parto dice algo parecido a… : «A veces, durante la gestación, cambian un poco los hábitos en cuanto a las relaciones sexuales. Por ejemplo, mujeres que no eran especialmente activas, pasan a tener muchas ganas de hacer el amor, o al revés. Y lo mismo pasa con los hombres. Sí, los hombres». Automáticamente, entre las parejas hay caras de «menos mal!» o de «Lo ves? Es normal!», con un golpecito con el codo 😉. Y todo el mundo respira más o menos aliviado de saber que lo que les pasa y que era tan privado, entra dentro de los parámetros de «normalidad».

Esto es más o menos lo que pasó en mi clase de preparación al parto el día que se abordó el tema del sexo durante la gestación. Al principio todos nos cortamos un poco, y es normal, no estamos acostumbrados a hablar de nuestras relaciones sexuales delante de gente que prácticamente no conocemos. Pero poco a poco, se fue rompiendo el hielo y terminamos riendo y diciendo tonterías que nos ayudaron a todos a sacar hierro de situaciones nuevas, desconocidas y que, poco o mucho, nos preocupaban.

Si estáis buscando un hijo tenéis que saber que sí, que el sexo durante el embarazo existe (qué alivio, verdad?!), y a veces hay mucho y muy satisfactorio. Tengo la sensación de que este estado hace que todo se viva con una intensidad y una sensibilidad que puede hacernos descubrir el sexo «de nuevo». Pero si estáis embarazados y ahora tenéis unas semanas de sequía tenéis que saber que también es normal, y que quién sabe si dentro de unos días, las hormonas harán que gire la tortilla de una manera que ahora os parece imposible.

Me he dado cuenta de que durante esta etapa, casi los más preocupados son los hombres. Y no porque las mujeres no tengan ganas de sexo sino justamente por todo lo contrario, porque son ellos los que (quizás por primera vez en su vida) resulta que tienen la líbido por el suelo. Esto les hace sentir fatal, poco hombres, poco viriles, como si tuvieran un problema inmenso, y muchos lo viven con un gran sentimiento de culpa. Pues bien, si eres un hombre y te pasa esto tengo que decirte con letras bien grandes que ES NORMAL. Los cambios físicos en tu pareja, las emociones, los miedos (a veces), y los cambios hormonales que también tú experimentas (¡sí, sí, tú!) hacen que no tengas tantas ganas de hacer el amor. El hecho de que tengas a la mujer embarazada y estés ilusionado con la llegada de tu hij@, hace que te bajen los niveles de testosterona y en cambio, te suban los de prolactina y todo esto afecta en tu deseo sexual.

Y sobre todo, no te preocupes porque una vez haya nacido la criatura, pronto recuperarás la libido tal y como tú la conocías! Sólo faltaría que fuera para siempre… A veces también os da miedo hacer daño al bebé que está en la barriga, y a medida que esta va creciendo, hay menos sensación de intimidad porque claro, entre tú y tu mujer siempre hay una gran barriga con un bebé que incluso puede dar alguna patada para haceros saber que él ESTÁ allí también en ¡»ESOS» momentos! No te preocupes… pasará, todo pasa y también esto.

Si la que lees esto eres una mujer que te encuentras exultante con estos pechos grandes que se están preparando para la lactancia y estas curvas que lejos de hacerte sentir gorda y fea hacen que te encuentres más mujer, más fértil y más feminina que nunca, es muy probable que ahora mismo, con esta barriga y este cuerpo de embarazada, tengas unas ganas locas de hacer el amor, más incluso, que antes de estar embarazada. Fantástico, celébralo! Eres mujer y estás en plena etapa creadora…

disfruta de sentirte así y disfruta del sexo. Pero si en vez de eso, lo que te pasa es que no te acabas de encontrar bien, que te sientes fea, gorda, pesada, con los pechos demasiado grandes, con la cara hinchada… y lo que menos ganas tienes es de hacer el amor, tranquila, no te preocupes. Ya pasará. Todo pasa, recuérdalo. Volverás a tener ganas, seguro. Pero ahora quizás necesitas otro tipo de contacto; presencia, mimos, abrazos, pero no sexo.

Sea como sea, «el apasionante mundo de la pareja» es complejo y a veces hablamos demasiado de cosas que no importan, pero demasiado poco de lo que realmente nos inquieta y nos preocupa. Si habláis, os podréis intentar entender, poneros en el lugar del otro, y podréis tratar de encontrar el equilibrio. Para poderos acercar, para poder sentiros cerca, en este momento tan importante de vuestra vida, y quién sabe si casi sin daros cuenta, irán surgiendo los momento de intimidad compartida.

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Míriam Tirado

Consultora de crianza consciente y periodista especializada en maternidad, paternidad y crianza. Me dedico a ayudar a madres y padres a conectar con sus hijos/as.

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