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Un bebé al Congreso

A las 10:30h he recibido un whatsup de un amigo periodista que decía «Pon el 24h. Ya puedes preparar un post sobre la que está en el Congreso con su bebé». Yo, que no sabía ni de lo que me hablaba he encendido el televisor y, al mismo tiempo, con el móvil: Twitter. La red ya sacaba humo con la diputada de Podemos Carolina Bescansa, que estaba en el hemiciclo con su hija de 6 meses a quien tenía en brazos y que tomaba pecho cuando necesitaba.

Bien, he pensado. Ya era hora. Y sí, me he alegrado. Luego he seguido leyendo y había para todos los gustos: los que se indignaban porque no había dejado al bebé en la guardería, los que encontraban increíble que diera la teta en el Congreso, que si era postureo de partido (un partido, por cierto, que apuesta por las guarderías desde el minuto 1), y los que aplaudían que bebé y mamá no se hubieran separado.

Vaya por delante que voy a dejar a un lado el tema político. Me fui del periodismo de Informativos hace 2 años precisamente por no tener que hablar más de política ni de partidos (así de harta quedé) o sea que no voy a hacerlo ahora. Ni hablar.

He pasado la tarde con este tema en la cabeza. No en que ella haya ido con su bebé al hemiciclo, sino en la indignación que esto ha causado. Cuando una ve un tema tan natural, tan normal, tan absolutamente comprensible (el que una mamá y un bebé estén juntos, sea donde sea), no deja de sorprenderse cuando otros opinan que es una barbaridad. Y me preguntaba qué es lo que causaba tanta bilis, tanto debate visceral. Después de darle vueltas he acabado llegando al mismo punto al que he llegado otras veces porque en el fondo, en mi opinión, es la «mare dels ous» (madre de los huevos), que decimos en catalán.

Pero antes de llegar a eso, aquí tenéis mi opinión al respecto:

Un bebé tiene la necesidad básica y primaria de estar con su madre.

Un bebé, por ser vulnerable, inmaduro, y por ser el futuro debería de ser la prioridad de cualquier sociedad. Cuidarlo, protegerlo, ampararlo. Y esto, conlleva cuidar, proteger y amparar a quien lo cuida. La baja maternal de 16 semanas es una barbaridad. Debería de ser intolerable. Ningún gobierno tendría que permitir que los bebés, a partir de las 16 semanas, pasaran 6, 8 o más horas sin su madre. Ninguno. Y añado: todos los partidos tendrían que luchar para alargar las bajas maternales y paternales. Pero claro, esto no gustaría nada a los empresarios y como ya sabemos que la economía manda, pues nos ponemos a construir guarderías a mansalva y punto.

Volviendo al tema. Estupendo, para mi, que ella se haya llevado al bebé. Tener a un bebé en brazos no impide pensar, votar, escuchar o trabajar, y si puede hacerlo, pues estupendo. Una peluquera, por ejemplo, que necesita manos, secador, etc, seguramente no podrá estar como la diputada, con el bebé en su regazo todo el rato. Pero si ella puede, pues estupendo. Hay muchísimos trabajos que se pueden hacer con un bebé pequeño. Cuando el niño es mayor ya no es tan fácil. Por ejemplo, yo ahora mismo con Lua no podría a trabajar en ningún sitio, ni siquiera dar una charla porque tendría que perseguirla todo el rato. Pero cuando era un bebé, la porteaba y me acompañaba en cualquiera de las tareas que yo tuviera que hacer: dar charlas, sesiones de crianza, visitas al dentista o lo que fuera. Y por supuesto, le daba teta, si quería. Incluso en 2014 di el «sí quiero» con Lua colgada en la mochila mamando.

En nuestra sociedad es como si los bebés no existieran. A veces pienso que, en general, a la sociedad los bebés la estorban. Y por eso hacemos hoteles sin bebés, aviones sin niños, no ponemos cambiadores en los baños ni tronas en los restaurantes. Porque ni nos damos cuenta que los bebés EXISTEN y sí, importan o deberían de importarnos.

El hecho de que sean personas pequeñas no significa que sus derechos, que sus necesidades, tengan que ser más «pequeñas» que las de los demás.

Que la diputada de Podemos haya ido con su bebé al Congreso visibiliza la maternidad. Y rompe algo, porque nunca antes ninguna mujer había ido al hemiciclo español con su bebé, nunca antes se había dado teta en esas butacas. Es un antes y un después. Pero no sólo eso: visibiliza a los bebés. Visibiliza la necesidad de contacto, de no separación, de lactancia materna. Y eso es bueno. Ha habido más debate en una sola mañana que en los últimos 2 años! Y vaya si es bueno! Pero luego ves los mensajes de bilis y vísceras sueltas y se te encoge todo, mientras te preguntas «¿por qué va a ser tan malo o tan grave lo que ha pasado esta mañana?» y aquí llega lo que os decía antes:

No todos somos madres/padres pero sí todos somos hijos. Todos tenemos una madre que nos ha cuidado o que no. Que se ha vinculado o que no. Que se ha separado o que no. Que nos ha defendido a capa y espada o que no. Que nos ha hecho sentir válidos, capaces, importantes, o que no, etc. Y ver a una madre y a su bebé en un lugar donde nunca antes les habíamos visto nos remueve algo. Nos despierta ternura, aunque no queramos, aunque tengamos la ternura enterrada debajo de años de corazas y carencias. Se despierta esa ternura inconsciente (la que sentimos algún día o la que añoramos sin saberlo) y nos pone en contacto con lo vivido.

En fin… yo hoy estoy contenta. Sabéis por qué? Porque un día decidí dejar el periodismo de Informativos para especializarme en maternidad y crianza, para divulgar cuáles son las necesidades de los bebés y por qué es tan sumamente importante que las atendamos. Y hoy, con lo que he leído y visto en las redes, me he dado cuenta que no me equivoqué. Que hay mucho trabajo por hacer. Que hay muchas cosas que cambiar. Que hay muchas cosas por las que luchar. Que hay mucha carencia por sanar. Que hay mucha herida primal por reparar.

Para terminar, quiero deciros que en el fondo, soy optimista. Sobretodo cuando este mediodía mirando las noticias, la periodista dice «y la diputada no ha dudado en darle el pecho cuando ha sido necesario», mi hija mayor ha soltado «¡Pues claro! ¡Qué tontería!». Para ella, con 6 años y medio, que una mujer de la teta cuando su bebé lo necesita no tiene nada de noticia porque lo encuentra obvio. ¡Y esto sí que es bueno!


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Míriam Tirado

Consultora de crianza consciente y periodista especializada en maternidad, paternidad y crianza. Me dedico a ayudar a madres y padres a conectar con sus hijos/as.

16 comentarios

  1. «Cap govern hauria de permetre que els nadons, a partir de les 16 setmanes, passin 6, 8 o més hores sense la seva mare. Cap». Voldràs dir que els governs haurien de garantir que una mare pugui triar i, si vol, poder gaudir d’una baixa més llarga, oi? Perquè si una mare vol anar a treballar a les 16 setmanes (o a les 8, o a les 4), perquè un govern no ho hauria de permetre? No em malinterpretis, considero que una baixa de 16 mesos és insuficient, però no perquè tothom l’hagi de fer més llarga, sinó perquè cada mare pugui triar com ho vol fer i ho considera millor per ella i pel seu fill. Totes les opcions són bones i respectables.

    1. Buf… bona pregunta. Sempre pensem en la llibertat de la mare d’anar a treballar, de fer, de decidir. I sovint descuidem el bebè que no pot triar res. L’ideal seria que el nadó, per ser vulnerable, inmadur, etc. fos la prioritat i amb això vull dir que passés per davant de tot. Les seves necessitats haurien de primar sempre. L’ideal seria que cap mare se’n separés fins que el bebè no pogués anar tolerant més espais i temps de distància vers la figura de referència. A la pràctica, moltes mares han de tornar a treballar molt abans del que voldrien, fins i tot un mes després d’haver parit. Suposo que tu em parles de les que lliurement, no per necessitat, volen tornat a treballar al cap de res d’haver parit separant-se 6, 8 o 10 hores de la criatura. En aquests casos la meva pregunta és: potser no sabem què necessiten els bebès, com són, què implica no estar a prop de la mare, o què implica tenir-los.
      Tots podem prendre les decisions que creiem oportunes. Però siguem conseqüents: tenir fills no és obligatori i fem el que fem o decidim el que decidim una cosa és segura i clara: el bebè té una necessitat bàsica i primària de contacte amb la mare. Ens agradi o no.

      1. Coincideixo amb tu amb moltes coses a l’hora de viure la maternitat i la criança. Però amb una cosa no estic gens d’acord i és la de jutjar a les altres mares que la viuen d’una manera diferent. No tot és o blanc o negre,cada mare és un món i cada bebè és un món. Cada cas és particular i no es pot generalitzar. Segur que hi haurà una mare que anirà a treballar al cap d’un mes perquè pensa més en ella que en el seu fill, però també pot haver-n’hi una que sap que treballant una estona se sentirà realitzada, sortirà contenta, amb noves energies i això serà millor per ella i pel seu fill també. Perquè hem de pensar que no és conseqüent??
        Si una cosa he après en els dos anys que fa que sóc mare és que no hi ha veritats absolutes, que el què una creu que és el millor pel seu fill no té perquè ser millor pel fill d’una altra. I que per sobre de tot hi ha d’haver el respecte i la llibertat. I això crec que és així, ens agradi o no….

        1. Et dono la raó en tot i lamento si he donat la sensació que criticava maneres de fer. Saps què passa, que parlar d’aquests temes tan complexes en quatre ratlles a tomb d’un post fruit d’un fet polèmic (el del Congrés) fa que no sigui fàcil donar tots els matisos. Estic segura que en conversa extensa davant d’un cafè estariem d’acord en tot. Una abraçada i gràcies per prendre’t la molèstia de comentar al meu blog! 😉

  2. Els fills de la nostra generació canviaran el mon. Molts nens petits ja no donen biberó a les nines, donen pit i això ja és un gran canvi, quan siguin diputats i diputades aquest tema no tornarà a sortir, esperem.

  3. Me ha encantado tu reflexión. Está claro que no todas las mamis pueden llevar a sus peques al trabajo por el tipo de trabajo, de empresario…. etc. Pero pretender que: como yo tengo que joderme que se jodan también las demás… bufa, a mi se me hace muy duro leer algunas opiniones.
    Y yo también soy optimista con respecto al tema. Está claro que romper el hielo de lo socialmente establecido es muy complicado y a la que se atreve le toca tragar con comentarios y actitudes muy desagradables. Pero ya se ha empezado a resquebrajar, y eso «me llena de orgullo y satisfacción». Quizá mis hijas lo tengan un poquito más fácil el día de mañana, igual que yo lo tuve un poquito más fácil que mi madre.
    ¡Muchas gracias por poner en palabras tan bien escritas lo que yo tenía en mi cabeza!

  4. Molt bona reflexio i potser ella es una priviligiada com ho te de fer una dependenta de supermecat (com jo)una peixetera un administrativa i molts i molts mes anar deixant el nado a un i l’altre
    Ara que tindria de cambiar segur

  5. Estic totalment d’acord amb aquesta reflexió. Tinc un fill de 7 anys. La meva sorpresa va ser quan, comentant-ho amb els meus companys/yes a la feina, tots 8 o 10 anys menors que jo, que en tic 47, ho veien malament…que si no era el lloc…em vaig posar malalt. Anem endarrera?
    Només un detall per aclarir. Els «empresaris» no ho tenen fàcil, jo sempre he estat autònom i ara sóc «microempresari», la legislació en aquest país, com ja sabem, no ajuda a que siguem «normals». Quina diferència amb Holanda, per exemple!

    1. Jo també em vaig quedar al.lucinada dels comentaris que feia la gent que demostraven una total ignorància de quines són les necessitats dels nens i també, de com n’és de difícil ser mare/pare en aquest país. Bé, i el tema laboral que esmentes ja és per llogar-hi cadires…! 🙁

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