

Mariposas en la panza
Hace poco, Myriam del blog EN MINÚSCULAS (que os recomiendo de todo corazón porque escribe como los ángeles) decía en Facebook “la echo de menos… volviendo a casa como una enamorada expectante… ” y esta frase me inspiró. En primer lugar, en un momento me vi a mí, los primeros días que volvía de trabajar después de dos años de excedencia, con mariposas en el vientre y nerviosísima para volver a ver a Laia. Terriblemente añorada. Nunca hasta entonces habíamos estado tantas horas separadas y no podía esperar ni un segundo más para volver a su lado. Si alguien me paraba por el pasillo de la radio para decirme “hola, ¿qué tal?”, yo sólo podía decir: “bien, con ganas de llegar a casa” y con una sonrisa intentaba que no se notara demasiado aquella prisa que me quemaba por dentro…