10 consejos para la etapa de adaptación

10 consejos para la etapa de adaptación

7.9.2012

La próxima semana muchos bebés, niños, niñas y también padres y madres empezamos una nueva etapa. Una etapa que probablemente no se parece en nada a las que hemos vivido hasta ahora. Lo que os diré ahora os lo digo a vosotros, pero también, de alguna manera, me lo digo a mí misma, que en esto de la escuela yo soy primeriza como la que más.

1. Fuera expectativas: lo de «mi hijo es muy sociable, seguro que le gustará ir» o lo otro de «espero que la adaptación sea fácil porque él no llora nunca cuando lo dejo con alguien»… Lo que hemos vivido hasta ahora puede no tener nada que ver con lo que viviremos a partir de ahora. Es una nueva etapa, y recibámosla como tal. Seamos abiertos. No esperemos nada y no habrá nada de lo que frustrarnos.

 

2. Pongámonos en su lugar: Ellos ahora son lo más importante y por tanto, lo primero que debemos hacer es ponernos en su lugar. Cuando llora agarrad@ a nuestro cuello diciendo «¡NO!» o cuando la maestra nos lo arranca de nuestros brazos, siempre, siempre, siempre, lo primero que debemos hacer es ponernos en su lugar. Dejemos un momento de lado lo que la situación nos hace sufrir a nosotros y empaticemos. Entendamos que necesita expresar la tristeza, el malestar que le provoca que lo dejemos en la escuela, la rabia que siente al separarse de nosotros. Permitamos que lo saque, que llore y grite, si hace falta, para sacar toda la rabia acumulada. Es doloroso ver sufrir a un hij@, pero decirle «no llores», «vendré enseguida» (a depende de qué edad no saben qué quiere decir «enseguida») no hará que sufra menos.

3. Permitamos los cambios: Cuando un niñ@ padece muchísimo con la separación, es posible que lo saque más adelante, por la tarde, cuando volvamos a verlo, o también al cabo de unos días. Que nos haga la gran rabieta, o que quiera sólo brazos, o que por la noche se despierte cuarenta veces porque quiere teta, o que tenga muchas pesadillas y nos reclame toda la noche a su lado. Permitamos que así sea. Dejemos que se exprese y que se pueda llenar de nosotros. Si es un bebé y por la mañana nos echa de menos, es probable que después dé pasos atrás y por la tarde quiera piel con piel como cuando era aún más pequeño. Démosle lo que necesita. Entreguémonos todavía más, si cabe, porque con nuestra entrega sincera y sin límites pueda reparar el dolor que ha sentido con nuestra ausencia.

4. Acompañemos: A los adultos muchas veces nos cuesta encajar los cambios y los tumbos que nos trae la vida. A los niñ@s también. Nos necesitan para acompañarlos y esto quiere decir que los tenemos que apoyar en la alegría pero también en los malos trances. Por lo tanto, intentemos evitar pensar constantemente «que se adapte, que se adapte», «por favor, que pare de llorar!» y cosas por el estilo. Porque lo sabrá y se sentirá, inconscientemente, juzgado por nuestra prisa, por nuestro malestar. Permitamos su dolor a pesar de que toque el nuestro y acompañémosle. Nosotros somos los adultos y nos toca hacerlo.

5. Ni comparar ni competir: No sirve de nada si el hijo del 3er 1a ya no llora en la escuela. O decirle a nuestro hij@ que ya es mayor como para no tolerar que nos separemos unas horas… Cada niño es un mundo. Si llora es que necesita llorar. Si nos echa de menos es que no, que no quiere separarse, tenga la edad que tenga. A pesar de que no nos guste, aunque preferiríamos que fuera como el niño del 3o 1a y no llorase. Dejemos de mirar los hij@s de los demás y miremos sólo el nuestro.

6. Nosotros no vamos a la escuela: A veces nos identificamos tanto con la situación que vive nuestro hij@ que perdemos los papeles. Vivimos nuestra vida a través de él y todo nos recuerda a algún momento pasado que seguramente vivimos similar al suyo. Pero él no es nosotros. Quizás nos añoramos mucho cuando éramos pequeños, pero nuestro hijo no tiene porqué hacerlo. No les contagiemos nuestros miedos ni nuestras experiencias vividas y dejemos que vivan las suyas propias. Pongamos conciencia e intentemos poner distancia.

7. Tengamos presente la fusión emocional: Hasta los dos años, dos años y pico (dependiendo de los casos), los niños están fusionados con la persona con quien tienen más vínculo, generalmente la madre. Si nosotros, las mujeres, sufrimos horrores mucho antes del inicio de la escuela porque nos preocupamos, porque no sabemos cómo irá y nos inquietamos a más no poder, nuestro hij@, mucho antes de saber que está a punto de producirse un cambio importante en su vida ya está también inquieto. Porque nos nota nerviosas, inseguras. ¿Y qué hace? Se engancha más, se pone en alerta. Sabe que algo pasa, pero no sabe qué. Y empieza a «sufrir» antes de tiempo. Tengamos en cuenta la fusión emocional para intentar desengancharlos de nuestros miedos y preocupaciones.

8. Pongamos palabras: Expliquemos qué está a punto de pasar cuando sea ya hora de que el cambio se produzca (no es necesario agobiarlo semanas antes porque los niños viven sólo el presente). Si nos echa de menos, digámosle qué es lo que siente, digámosle que tiene un nombre, que se llama «añoranza» y que por ello se siente tan mal, que por eso llora, porque está triste, porque echa de menos los padres. Digámosle que le entendemos, que es un momento nuevo, difícil quizás… Pongamos tantas palabras como sea necesario para que nuestro hij@ pueda ir elaborando, para que pueda sentir que tiene legitimidad para sentir lo que siente y para hacer lo que hace. Aunque sea un bebé. Expliquémosle, acompañémosle también con palabras. Lo que no se nombra es como si no existiera y su sufrimiento, existe, os lo aseguro.

9. Pasará: Si la situación es más difícil de lo que pensábamos, tengamos presente también que pasará. Que todo pasa y esto… también. Sepamos que si nos es inevitable pasar por esto porque no hay otra opción posible para nosotros, tarde o temprano todos nos acabaremos adaptando. Sufriremos más o menos, eso nadie lo sabe, pero lo que es seguro es que pasará. Tener este horizonte claro lo hace todo más fácil…

10. Sacos de paciencia y carretadas de amor: La paciencia y el amor lo curan todo… también las etapas de adaptación a la escuela. Seamos pacientes, no tengamos prisa. Y compensemos la dificultad de la situación no con nervios, impaciencia y ganas de que se acabe, sino con amor, con carretadas de amor a nuestros hij@s que les hagan mucho más llevadera la realidad que tienen que vivir.

 

Feliz y amorosa adaptación a todos, adultos y pequeños!

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Míriam Tirado

Consultora de crianza consciente y periodista especializada en maternidad, paternidad y crianza. Me dedico a ayudar a madres y padres a conectar con sus hijos/as.

5 comentarios

  1. M’encanta! gràcies gràcies per fer-nos més conscients del que viuen els nostres petitons i gràcies pels consells
    El punt 7 m’encanta, l’he viscut forces vegades.
    A veure el Joan com anirà, per sort l’escola bressol és la mateixa que l’escola de P-3 i tot i que hi han 10 famílies noves, segueixen totes les de l’any passat i té molts amics.

    1. Hola, Pilar!
      Segur que anirà bé i si al cap d’uns dies sembla que hi pateix una mica, o que li costa, tindrà de ben segur una mare al costat que l’acompanyarà emocionalment perquè pugui travessar també aquesta etapa sentint-se estimat, segur i feliç. És important no patir abans d’hora. I si les coses no van com voldríem, aleshores sí, ocupar-nos-en.
      Mola sort els propers dies. Confia en el Joan i en la seva capacitat de madurar i de dur ver la nova etapa!

      Una abraçada

  2. M’ha encantat!
    Segurament aquest any el peque haurà d’anar a la llar d’infants, i fa dies que vaig donant voltes al tema de l’adaptació i de com fer-ho per transmetre-li tranquilitat (que no és gens fàcil, i no ho dec dissimular gaire bé, perquè fa dies que el tinc lapa total). En fi, moltes gràcies pel post! Has posat paraules a tot el que m’ha anat passant pel cap aquests dies!
    Una abraçada!

    1. Hola, Mireia…
      Sí, és important saber què ens passa a nosaltres, les mares, per no encomanar-los-hi els nostres sentiments en la mesura del possible. Perquè sinó, ells encara s’enganxen més, creuen que hi ha alguna cosa que no rutlla i senten inseguretat. Busca un lloc on et permetin fer una bona adaptació, això ho trobo vital, i posa paraules al teu fill…
      Si necessites res o tens dubtes, ja saps on trobar-me. Una abraçada!

  3. Molt bon article!!!
    Sóc mare i mestra d’educació infantil. Aquests dies preparam l’entrada dels més petits a l’escola, ben conscients de la importància d’aquest moment: l’adaptació. Important per als infants, per a les mestres i per a les famílies. En aquests primers dies és quan en teixeix el primer lligam entre tots nosaltres i, és tan difícil com emocionant… aquestes recomanacions per a pares i mares són tan necessaris com encertats (ho dic des del coneixement de la situació des d’ambdós costats: com a mare i com a mestra).
    ànims a tothom… és un moment dur, però només és això: un moment. després d’aquestes primeres setmanes ens queda tot un curs per viure experiències meravelloses tots junts a l’escola.
    Bon curs a tothom!!!

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