el cuerpo de las mujeres y el posparto

El cuerpo y el postparto

Vuelvo a estar en ese momento. En ese momento en que tu cuerpo parece que vaya por un lado y tú por otro. El post parto tiene estas cosas: hace que tu cuerpo vaya a su rollo! Después del parto, me volví a quedar con esa barriga que parece que estés de tres meses con la diferencia de que ya no tiene esa consistencia bonita porque hay un bebé dentro. Esta vez no me molestó porque sabía que se iría o que, en todo caso, no se quedaría de esa manera. Sabía que mi cuerpo iría haciendo su camino en todos los sentidos y que no valía la pena agobiarse por ello.

Muchas veces me miro al espejo y no me acabo de reconocer. Ahora, que Lua ya tiene 8 meses, parece que poco a poco vuelvo a ser un poco yo, entendiendo «yo» como la que era antes de quedar embarazada. Pero sí, me miro al espejo y me veo diferente. Y me veía distinta justo después de parir, y cuando ya hacía tres meses. Y no hablo sólo de los kilos que aún no has perdido. Estoy hablando de algo mucho más generalizado: hablo de la barriga blanda y con los órganos internos intentando volver a encontrar su lugar ahora que ya tienen espacio, hablo de los pechos grandes y con todas aquellas venas que se transparentan y que te hacen tener buena parte del pecho y tórax con un montón de rayas azules, hablo de la cara, que parece que con la maternidad cambie. Quizás es la luz la que cambia, no lo sé, pero cambia.

En mi primer postparto muchos días no me sentía bonita. Me sentía extraña en un cuerpo que parecía que no fuera el mío. Supongo que es porque todavía no me había empoderado. En este posparto me he gustado. Me he gustado en todos los estadios; tanto cuando me sobraban kilos como ahora que parece que ya los he perdido todos. Tanto cuando estaba agotada en los primeros días después de nacer Lua como en otros que había descansado y todo había sido fácil.

He aprendido a amar el puerperio, a amar el posparto. El mío y el de todas las mujeres, quizás por eso yo siempre las encuentro guapas. Extremadamente guapas, diría yo.

Porque hay algo, algo más allá del cuerpo, de los kilos, de las arrugas o de los cabellos mal peinados que traspasa el físico y llega directamente al corazón del que mira esa mujer. O al menos llega al mío. Y es la certeza de que algo ha cambiado, algo se ha transformado. Algo que te dice que esa mujer que tienes delante ha crecido y se ha hecho más sabia.

Quizá por eso, porque he aprendido a amar todas las fases del puerperio no me siento mal con mi cuerpo. Pero hoy he tenido que ir a comprar ropa porque nada me va bien. He cambiado, no sé cómo pero he cambiado, y los pantalones que antes me quedaban bien ahora encuentro que me hacen bolsa. Porque las camisetas que antes me gustaban ahora me son incómodas dando el pecho. Porque los jerseys que me ponía antes de parir, ahora me van estrechos… Y he vuelto a salir a la calle con Lua colgada y el paraguas y me he adentrado en las tiendas de moda. Con esa incomodidad de quien no puede probarse nada porque tiene un bebé encima y en la tienda hace calor y hay música máquina a todo trapo. Con esa pereza de quien le gustaría tener una «personal shopper» que le hiciera esta pesada tarea.

Y me he comprado unos pantalones ajustados, porque si vuelvo a estar delgada como un espárrago, al menos que los pantalones no me hagan bolsa. Y una camisa que pueda desabrochar para sacarme un pecho y que quede ancha de bajo por si esta barriga blanda que me ha quedado no vuelve al lugar donde estaba.

Y he llegado a casa y me lo he probado. Y he tenido la suerte de acertar la talla y de que me haya gustado una vez puesto. Sí, hoy era mi día de suerte! 😉

PD: ¿Cuántas veces habéis tenido que volver a la tienda con todo lo que habíais comprado porque una vez en casa, nada os iba bien? Yo… ¡muuuuuchas veces!

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Míriam Tirado

Míriam Tirado

Consultora de crianza consciente y periodista especializada en maternidad, paternidad y crianza. Me dedico a ayudar a madres y padres a conectar con sus hijos/as.

2 comentarios

  1. Qué sensación esa la de ir a comprar algo de ropa con el bebé en el fular, sudando, con cualquier cosa puesta, pensando: pero qué hago yo aquí??? 😀

    Y sí, a mí se ma da fataaal también eso de comprar sin probarme.

    Un saludo!!

  2. Hola! Mañana cumple 11 meses mi peque y estoy muy muy delgada. Hasta hace unas semanas lo aceptaba, pero ahora cada vez que me miro en el espejo me doy un poco de lástima. Ayer me probé uno de mis bikinis y se me caía porque me he quedado sin culo. Las veces que he ido a comprar he vuelto con cosas tan diferentes entre sí que no he podido evitar preguntarme: ¿Para qué has comprado esto?
    Es mi primer posparto y no sé si debería preocuparme o no. Me ha ayudado el leer este artículo, pero cualquier consejo me serviría un montón.
    Muchas gracias.
    Una saludo

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