22.5.2012
El puerperio no son matemáticas. Es cierto que muchos aseguran que se alarga tanto como dura la fusión emocional entre madre y bebé pero cuesta decir si esto significan dos años, uno y medio, u ocho meses. Porque cada madre es un mundo, cada bebé otro, y cada relación entre los dos, también. Lo del puerperio es muy difícil de explicar a cualquiera que no haya sido madre. Es difícil de explicarlo a nuestras parejas y es difícil de definirlo a las mujeres que conocemos y que no tienen hijos. Porque el puerperio cambia y es abstracto, y cuesta de bailar en él e identificarlo… El puerperio lo conoces de verdad cuando ya hace tiempo que convives con él, cuando poco a poco, le vas encontrando la gracia hasta que os acabáis haciendo amigos y llega un día que ya te está bien que esté.
Pero como casi todo, un día se acaba. ¿Cuándo? Depende. Si eres mujer madre y me estás leyendo, no te puedo decir cuándo se acabará tu puerperio pero ten por seguro que un día lo hará. Y que quizá tardarás unos días más en darte cuenta, pero llegará un momento que vas a decir: «me siento distinta» y así será. Yo empecé a salir del puerperio en octubre pasado. Ella ya tenía dos años y dos meses. El otoño tardaba en llegar pero de repente sentí que algo había cambiado, que yo me empezaba a sentir de otra manera; emocionalmente y también físicamente. La lactancia comenzó a espaciarse y ella ya sólo mamaba una o dos veces al día. Estuve unos días removida, como si lo del puerperio también tuviera su proceso de duelo, de darte cuenta que el tiempo pasa y que todo cambia. La sentí mayor y ya mucho más separada de mí. De hecho, no sé si el duelo era por el puerperio, para el inicio de la des-fusión emocional entre ambas o por todo a la vez. Sé que un día lloré: recordando lo que habían sido aquellos dos años y dos meses y sintiéndome, a la vez, un poco perdida en el nuevo estado de inicio de no-puerperio. ¿Quién era yo sin ser puérpara? Ya no lo recordaba. Sabía que comenzaba un tiempo de reaprender aquellas cosas que había olvidado de mí y del entorno, un tiempo de resituarme en el «yo» otra vez después de haberlo arrinconado durante casi tres años de mi vida y haber utilizado casi sólo el “nosotros”. Y como todo, estas cosas no se hacen de un día para otro.
Supongo que casi sin darme cuenta todo ha ido haciendo su proceso y ha sido hace unas semanas que he sabido que en mí esto del puerperio se había acabado del todo. Ya no estoy navegando constantemente en aguas removidas, la creatividad también ha experimentado algún cambio, ella y yo seguimos muy vinculadas pero ya no somos la misma cosa… Vuelvo a tener ganas de hacer lo que había quedado aparcado y que ni siquiera me importaba; vida social, salir de noche algún día, etc. Volvemos a recuperar los espacios de pareja sin culpa ni remordimientos, disfrutando otra vez de ser también nosotros dos aparte de nosotros tres, ella ya no llora si me voy y la siento llena también cuando no estoy.
Es curioso el modo en que se me hizo todo esto consciente… Era un sábado y yo volvía de trabajar. Llegué a casa a la una menos cuarto de la noche y él aún estaba despierto. De repente, volví a tener “sensación de sábado”, de sábado por la noche y tuve ganas de tomarme un gintonic! Un gintonic, yo, que hace años que no pruebo ninguno… Le dije: «¿Sabes qué haría ahora? Me tomaría un gintonic contigo y charlaría un buen rato! «, Él, con cara de sorprendido me dijo: «Tenemos un problema: no tenemos ni tónica ni mucho menos, ginebra» y nos reímos. Es una simple anécdota, de esas que recuerdas durante mucho tiempo no por el contenido, que tampoco es muy interesante, sino por lo que hay de fondo. Aquel día supe que mi puerperio había terminado y que, de repente, volvía a ser (a parte de madre) una mujer de 35 años que de vez en cuando, sí, ¡tiene ganas de ir de marcha y de beberse un gin tonic!
3 respuestas
Gracies per explicar la teva experiencia, jo crec que encara estic en aquesta etapa i la meva parella encara mes! Continuarem gaudint, amb puerperi o no, dels nostres fills.
Una abracada
I tant, Rakel! El teu fill encara és petit… No hi ha pressa… Assaboreix el puerperi i treu-ne tot l’aprenentatge que puguis, perquè pot ser una de les etapes més beneficioses de la vida!
Una abraçada!
Jo encara el tinc i crec que encara ens durarà i més amb el naixement de la Maria, tot i que de tant en tant, he fet alguna sorbet a un gintònic jajajajajaaja