9 meses. Lua tiene nueve meses y días, y cuando decidía qué escribir hoy he pensado que ya hacía 9 meses que era madre de una segunda hija. En este tiempo han pasado tantas cosas…
Me he sentido abatida después de lo que ocurrió en abril, he resurgido de las cenizas y me he sentido más enérgica que nunca, he sido profundamente feliz criando a mis dos hijas, me he casado con el hombre más maravilloso que he conocido, me he sentido inspiradísima para explicar el parto y los posteriores días al nacimiento de Lua y hemos vivido la primera Navidad de 4.
Todo ello ha pasado en unos 9 meses de gestación extrauterina de Lua, una Pulgarcita pequeña y simpática que todavía disfruto de llevar colgada en la mochila horas y horas.
Una peque preciosa que ya está a punto de caminar y que me da lecciones de vida cada día… que tiene prisa y que me dice ahora sí, ahora también, que el tiempo pasa muy rápido y que ella no se quiere perder ni un pedazo.
En estos 9 meses he ido aprendiendo a gestionar las necesidades de dos personas fantásticas de 5 años y de meses que casi no se parecían en nada.
He hecho malabares para llegar a las dos y a veces me he quedado a medio camino. He aprendido a entenderlo, a aceptarlo, a poner palabras y a estar en paz con esto que es criar a dos.
En todo este tiempo he tenido ciertas dificultades (a días, por suerte), para comunicarme con mi hija mayor, para encontrar un espacio para estar unidas y conectadas de nuevo. Me ha costado sentir, desde el puerperio y la fusión emocional con Lua, el ritmo trepidante y tan hacia el exterior de Laia. Pero poco a poco hemos ido encontrando nuestro particular tempo y hemos ido fusionándonos también un poco. Siento, 9 meses después del nacimiento de Lua, que ahora somos tres mujeres, más unidas que nunca, y es un gozo.
En estos 9 meses me he dado cuenta de que mi segundo puerperio tiene muchas menos sombras que el primero y supongo que, en buena parte, hice los deberes y me ha tocado repetir pocas lecciones por ahora (¡y que dure!). Está siendo apacible, enriquecedor, hermoso.
También me he dado cuenta de que el tiempo pasa, con un segundo hijo, aún más rápido que como pasaba cuando sólo tenías a uno y a ratos, no me gusta. No me gusta la sensación de que el tiempo se se me cuela entre los dedos y que no me doy cuenta y ya vuelve a ser domingo, y ya vuelve a ser fin de mes, y ya vuelve a ser Semana Santa. Dentro de tres meses Lua cumplirá un año y no salgo de mi asombro!
Y en estos 9 meses me he dado cuenta, de nuevo, que la inspiración para escribir (cuando crías intensamente), se va. Te deja, te abandona, porque toda la creatividad que te sale de las entrañas está dirigida y dedicada a hacer crecer a tu bebé. Ya me pasó con Laia y ahora me vuelve a pasar.
Sin embargo, no desisto y sigo escribiendo, porque hacerlo me gusta y porque me da un «pequeño» espacio para mí. Para lo que soy más allá de madre de Laia y Lua. Me conecta a mi esencia. Por eso escribo a pesar, muchas veces, de no estar inspirada. Pido perdón si mis textos no son los que eran en otras épocas. Escribo lo que siento y como lo siento y a menudo tengo demasiado poco tiempo o estoy demasiado cansada como para que me visite ese hombrecito pequeño al que llaman «duende».
9 meses siendo madre de 2. Los mejores 9 meses de mi vida.
Un comentario
Molt maco. I molt be que estiguis en pau quan no arribes a totes dues. Es una part que a mi em va costar i em.costa molt, pero que trobo tant i tant important