Foco

Mi dificultad

17.11.2011

Todos los padres y las madres tenemos alguna dificultad (si no muchas) en esto de criar a los hijos y ayudarles a crecer. Pero siempre hay una que se lleva la palma. Aquella que por más que batalles, siempre está ahí, recordándote que aún no la has superado. Pues bien, yo tengo una de esas que se resiste a abandonarme y no sé cómo hacerlo. No me desespera, pero este octubre he decidido declararle la guerra y a ver quién es el guapo que gana.

Mi gran dificultad es respetarme. Qué chorrada, pensaréis algunos, pero no, no lo es. Al contrario. Creo que para que nos respeten, primero debemos respetarnos. Pero ¿de qué estoy hablando exactamente? Pues de mi dificultad en respetar mis necesidades, aquellas que han quedado tan arrinconadas que a veces creo que ya no las tengo y es mentira, porque siguen allí, en un pequeño rincón, esperando que alguien (o sea, yo) les haga caso, y como no lo consiguen, se entretienen haciendo un agujero en el suelo. El otro día lo miré y es bastante grande, ya. Por eso he decidido que ya basta, que tengo que hacer algo.

Pero me cuesta. Me cuesta dedicarme tiempo. Me cuesta dedicarme espacio. Tenía tan integrado, tan sabido, que lo perdería con el nacimiento de mi hija, que es como si me hubiera resignado a no tenerlos y he obviado que aún los necesito, y mucho. Sin duda, lo primero es ella, nuestra hija. Garantizar su bienestar y su felicidad ha sido mi objetivo desde que me supe embarazada. Pero ahora, que la veo bien y que la veo feliz, cada vez más autónoma e independiente, a pesar de necesitarme muchísimo todavía, pienso… quizás va siendo hora de recuperar tu espacio. Y ¡PAM!, allí está mi dificultad, apoyada en la pared, chuleándome mientras se fuma un cigarrillo con una mirada de reojo diciéndome: «¡a que no lo consigues!».

No estoy pensando en nada más que no sea volver a hacer deporte pero no un día puntual, porque ya no puedo más, sino regularmente. Encontrar mi rutina individual para dedicarme mi tiempo y mi espacio. Volver a ir al cine algún día, pero no una vez cada dos años, sino un poco más a menudo, a poder ser 🙂 . Volver a quedar con alguna amiga/o solo para tomar algo, o para ir a cenar, pero no un día, y ya nunca más, sino de vez en cuando, cuando me apetezca. Y sobre todo, volver a recuperar los espacios de ocio con la pareja; no hablo de irnos 15 días a las Maldivas, no, sino un rato solos, una cena romántica, un cine de noche… y a poder ser, ¡que no pasen 14 meses entre una cosa y otra!

Pasado el tiempo inicial de crianza, que es absolutamente dedicado y fusional, creo que es importante intentar compaginar los espacios personales. Siempre lo he creído, pero yo no lo he practicado. Porque me cuesta dejarla con alguien si no es para ir a trabajar, una obligación ineludible. Pero tener un «momento» para mí también es importante, porque me permitirá cargar pilas y estar más disponible, con más paciencia y entrega cuando volvamos a reencontrarnos al cabo de un ratito. Si no, esa necesidad que hemos ido arrinconando va haciendo el agujero un poco más hondo hasta que un día tenemos tal ganas de apretar a correr que nos sentimos, al mismo tiempo, frustradas y culpables de querer huir de nuestro entorno familiar que tanto amamos. Pero no es fácil. No es fácil encontrar el punto de equilibrio entre entregarse y respetarse a uno mismo. Entre dar y no pasar por encima de alguna necesidad vital nuestra.

Pero pienso en el futuro y quiero que Laia aprenda a respetarse también a sí misma: sus necesidades importantes, su «tempo». Y si no ha visto a su madre respetarse, ¿como sabrá hacerlo ella? No quiero ser una madre que a los 60 años mira atrás y ve que se ha descuidado totalmente para entregarse sólo a los suyos en cuerpo y alma. Me puedo entregar y puedo también, respetarme, valorarme y nutrirme como mujer y como madre. Que no es fácil lo sé. Ahora tengo que saber también si es posible. ¡La lucha está servida!

Facebook
Twitter
Pinterest
LinkedIn
Picture of Míriam Tirado

Míriam Tirado

Consultora de crianza consciente y periodista especializada en maternidad, paternidad y crianza. Me dedico a ayudar a madres y padres a conectar con sus hijos/as.

13 comentarios

  1. Quanta raó Míriam!!! Subscric tot el que dius! És important estar primer per un mateix per a poder estar millor pels demés, en especial per un-a fill-a. Difícil? Molt! Possible? Segur! Els espais van sorgint amb el temps i amb voluntat, potser primer es fa estrany, jo també m’he sentit culpable, però ens és bo, necessari i natural. Ja ens ho faràs saber quan hagis guanyat la lluita i ho celebrem! Un petó 😉

    1. La teoria la sé, ara cal posar-la a la pràctica. I això em costa més! Des de les vacances hem anat un cop al cine, i això ja és com un miracle, i divendres, o sigui demà, me’n vaig a sopar amb uns amics (això ja em costa més, ho confesso, però m’ho passaré bé). A poc a poc. Roma no es va conquerir en 2 dies! 😉 Una abraçada.

  2. Te entiendo a la perfección. Creo que esa también es una tarea mía y más de mi marido. Mira que aveces tengo el impulso de que hagamos algo como ir a cine o almorzar solos, cuando tengo quien se quede con Sara y con sorpresa me he dado cuanta que a él no le interesa para nada. Y es que el sola la ve, al medio día y en la noche. Entonces, no quiere dejarla en esos momentos que podríamos salir y hacer otras cosas, los dos solos, como antes. Como dices, la pelea esta servida. Esta visto que la virtud, el equilibrio, siempre es lo m´ñas difícil de alcanzar.

    1. Zary, me gusta que lo comentes porque es verdad, a veces parece que somos más nosotras quienes tenemos esta dificultad, pero hay padres a quienes también les cuesta y se sienten también culpables. Cada uno tiene aquí su aprendizaje y me parece que el de tu marido se asemeja mucho al mío! Pásale este post, que lo lea, que verá que no es el único con esta dificultad! 🙂 Gracias por contarlo aquí, guapa. Un beso.

  3. A mi també em passa.
    Aquest any he aconseguit apuntar-me a francès, que ho vaig deixar a mitges abans de tenir la nena.
    Em va molt bé tot i que a vegades al mig de la classe, penso: «què hi faig aquí? hauria de ser a casa!».
    No tenim remei!!

  4. I quanta rao tens……Jo tinc el sentiment de culpa enganxat a mi, en cada espai que em dedico a mi. Em costa moltissim!!!!
    Pero poc a poc els vaig introduint com puc; els necessitem!
    Petons!!

    1. Suposo que és normal. Sabem que ells, quan estan millor, és quan ens tenen a tots dos a prop, ben a prop, mirant el que fan, jugant amb ells… i clar, com que volem també el millor per ells i que siguin el màxim de feliços, no podem evitar sentir-nos una mica malament quan sabem que potser ens troben a faltar, per exemple. Però és que a vegades, no ens troben a faltar! Ja n’anirem aprenent, oi? A mesura que es vagin fent grans, nosaltres també anirem fent-ho millor 😉

  5. No saps com t’entenc!!!!! Costa trobar aquest espai personal per molts motius, el principal és perquè tenim molt assumit que el perdem en el mateix moment que neixen les nostres criatures i després el dia a dia, la feina teva, la de la teva parella fan que retrobar-lo sigui «misión imposible»
    Però és pot aconseguir, mica en mica. Mira, jo crec que vaig començar el dia que amb les meves dues amigues de l’ànima vam decidir instaurar el «sopar de nenes». Un cop cada mes -mes i mig anem a sopar totes tres i parlem de les nostres coses (gairebé sempre de nens, és inevitable…) i passem una bona estona les tres juntes. Recordo com si fos ara el primer sopar….quin martiri….tota l’estona sentint-me culpable, pensant que hauria d’estar a casa però al final, i a base d’anar-me recordant a mi mateixa que també em mereixo el meu espai, he aconseguit desconnectar mentre estic amb elles i gaudir de la seva companyia. Ànims!!!!

  6. Hola!
    Quanta quanta raó… jo em trobo en el mateix. Tot i que encara ho estic intentant posar en pràctica. Com a l’Onavis, també em trobo enmig de classe pensant «no hauria de ser aquí, sinó a casa!!». Com som, mare meva, perquè ens costa tant?? Jo també crec que és molt important, almenys per mi, ho necessito, sé que a la llarga tothom ho agrairà, a casa. Quan un està bé, tot va bé (o gairebé tot) oi? 🙂

    1. Sí! Jo hi afegiria que quan un està bé i està connectat amb el fill, tot va bé. A veure si a poc a poc, ho podem anar posant en pràctica això de respectar-nos el «nostre» temps. Veig, però, que és un mal bastant compartit! I jo que em pensava que era una bleda i que només em devia passar a mi! 🙂
      Gràcies per compartir-ho!

  7. He estat llegint les teves entrades i m’agrada molt com escrius i me sento totalment identificada!!
    Costa molt, però a mesura que vas veient que es fan grans, una mica més independents, només una mica, i que estan bé amb amb les avis o qui sigui encara que tu no hi estiguis, ja pots anar recuperant una mica més de temps per tu mateixa.
    Ahir a la nit llegia un llibre que recomano ‘Ser padres concientes’ i explicaba que quan estás connectat amb el teu fill/a aquesta connexió va més allà d’estar o no junts i per això poden estar tranquils encara que tu no hi siguis.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Información básica sobre Protección de Datos

  • Responsable: MIRIAM TIRADO TORRAS
  • Objetivo: Publicar el comentario en relación a la noticia.
  • Legitimización: Consentimiento del interesado.
  • Dirección: No se prevén cesiones, excepto por obligación legal o requerimiento judicial.
  • Derechos: Acceso, rectificación, supresión, oposición, limitación, portabilidad, revocación del consentimiento. Si considera que el tratamiento de sus datos no se ajusta a la normativa, puede acudir a la Autoridad de Control (www.aepd.es).
  • Más información: https://www.miriamtirado.com/politica-de-privacidad/

 

Artículos relacionados