mamar

Mamar

Definición de mamar: chupar con los labios y la lengua la leche de las ubres. Esta es una de las definiciones que he encontrado, en este caso en la Enciclopedia Catalana. Las otras, eran casi clavadas. Tengo que decir que la encuentro escueta. Pero sin duda prefiero el verbo «mamar» que «dar el pecho». Porque para mí, mamar, es mucho más que dar leche, o que dar el pecho, o alimentar, o que mi hija chupe con los labios y la lengua la leche de mis tetas.

Para mí, mamar es dar mama, en todos los sentidos. Es entregarme y darle leche, evidentemente, pero también consuelo, calor, contacto, mirada, presencia, energía, reposo, si lo necesita, salud, defensas, amor, linaje, esencia y finalmente, VIDA.

Creo que es importante que tanto las mujeres que damos de mamar como nuestro entorno más inmediato sepan que dar el pecho no es sólo alimentar. Porque si nos quedamos sólo con eso, con este trocito del amplio abanico que significa amamantar, no podremos entender lo importante que es la forma en que se destetan o se “desmaman” nuestros hijos. Hablo, por supuesto, de cuando la decisión es unilateral y la toma la madre porque ya tiene suficiente, porque dar de mamar ya no le es placentero.

Si no tomamos conciencia de lo que significa mamar, no podremos entender ni empatizar, por ejemplo, con un niño que seis meses después de dejar la teta, aún la reclama. O con otro que a pesar de que ya no la pide, cuando ve a su madre, le dice: «teta…» Con cara de… «¡cómo las hecho de menos!». Porque sí, los bebés o niños pequeños pueden añorar mamar, casi tanto como añoran a mamá cuando no está. ¿Por qué? Pues porque mamar es beberse a mamá en todos los sentidos y llenarse e impregnarse de ella por todos los poros. Es algo que traspasa la mente y tiene mucho más que ver con el cuerpo, con las hormonas, con el amor, con el reencontrarse íntimamente y profundamente en un lugar que sólo a madre e hijo corresponde. Por eso lloran cuando se les retira el pecho antes de que ellos lo deseen o estén preparados para dejarlo. Porque es como pasar un proceso de duelo… sí, de “luto” de la teta… Lo que les ha dado tanto pero que a partir de un momento dado, ya no pueden acercarse a pesar de tenerlas tan cerca cuando abrazan la madre o juegan con ella.

Y si no entendemos todo esto y el placer que sienten muchas mujeres cuando dan el pecho, tampoco podremos entender como hay algunas que, cuando ya hace tiempo que han dejado de darlo, también lo añoran. No entenderemos por qué no hay ninguna que hable de esclavitud cuando desde algunos ámbitos nos han intentado hacer creer que esto de dar el pecho estaba pasado de moda y era más bien un acto fruto de otra época.

Sólo cada madre y cada hijo saben cuando tienen suficiente con eso tan amplio y apasionante como es el mundo de la lactancia. Yo creo que no se puede dar el pecho a disgusto y si es así, si no son las dos partes (madre e hijo) que lo disfrutan, es mejor dejarlo. Porque el hijo se merece recibirnos sin reservas, sin disgusto, sin ambivalencia, sin la sensación de «mi madre me da el pecho pero en realidad, no quiere dármelo». Mamar debe ser un acto placentero para los dos lados y si no es así, quiere decir que es hora de pasar a otra etapa. Ahora bien, intentemos entender todo lo que esconde la palabra MAMAR porque sólo así podremos comprender realmente y profundamente qué siente un bebé a quien, de repente, le dicen «a partir de ahora, ya no habrá más teta». Sólo así podremos acompañarlo para que esta «pérdida» sea lo más llevadera y dulce posible.

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Míriam Tirado

Consultora de crianza consciente y periodista especializada en maternidad, paternidad y crianza. Me dedico a ayudar a madres y padres a conectar con sus hijos/as.

12 respuestas

  1. ABSOLUTAMENTE GENIAL tu disquisición lingüística sobre la lactancia. Totalmente de acuerdo. No es gratuito usar unos términos u otros y ciertamente como lo explicas está clarísimo que la lactancia materna es mucho más de dar un alimento a un niño. Precioso, de verdad. Es un gustazo ver como otras mujeres tienen los mismos sentimientos que yo respecto a este tema. No me siento un bicho raro, algo que en mi vida fuera de la red, cada vez lo soy más. Besos

  2. Qué miedo tengo de que llegue el destete, nosotros llevamos 13 meses maravillosos, hace unas semanas tuve un problema en el pecho y sentí pánico de que llegara el final, no podría negarselo; y no ha hecho falta, uff. Gracias por tus geniales palabras siempre

    1. Gracias, Silvia. El destete es algo que llega, también, y yo lo veo como otra fase, como otra etapa. Ya hice un post explicando que cuando llegue haremos una fies-TETA para celebrar que Laia ya no la necesita. Para mi creo que será también un buen momento, de gran felicidad. Lo veo cerca y no me asusta. A tí sí porque aún lo ves lejos, aún no llega el momento, no estáis preparados ni tu ni él. Gozad de la lactancia como hasta ahora, es un regalo. Un beso.

  3. M’agrada om ho has explicat, tens raó!
    Jo ara porto ja quasi 24 mesos i a molta gent se li surten els ulls de les òrbites quan veuen que «encara» li dono popa (a Lleida en diem així, i al verb, popar).
    Jo penso que en certa manera també hi ha una certa enveja en aquesta reacció, en veure la proximitat que s’estabelix entre el nen i la mare, insuperable!

    1. Onavis: sí, a vegades és enveja, d’altres falta de costum en veure-ho, d’altres ignorància, pudor, i tantes altres coses… L’important és que no ens afecti. Enhorabona pels ja 2 anys de lactància plaent. Que en continueu disfrutant! Petons.

  4. Que bonito!

    Todavía echo tanto de menos el dar DE MAMAR…

    Y eso que Boliche todavía no se ha destetado «del todo». Sigue tocando, «chupitando» y emocionandose tanto cuando me ve el pecho que aun no puedo considerar que se haya destetado aunque sí de alimentarse de mí.

    Besos

    1. Sí… hay muchas mujeres que lo echan de menos, y es normal. Se crea tanto vínculo, son momentos de tan profundo acercamiento, que es normal echarlo de menos. Y también muy normal la actitud de Boliche! Besos!!!

  5. Crec que les mares que fem ús del mot pro.lactància sabem exactament que no només és donar aliment. Com molt bé defineixes,Míriam, és molt més, és una estona agradable, íntima, espiritual, per a calmar, per a dormir, per a pensar, per a donar, per a rebre… No és fàcil dir-ho en paraules, és una de les sensacions més agradables que hi ha, però requereix temps, dedicació, implicació, amor… ah! estimades mares, avui en dia, en la societat en la que vivim, molts d’aquests mots gairebé no existeixen (temps? qui té temps, dedicació? si vaig de cul, implicació? ja m’agradaria, ja…) per això no té el valor que hauria de tenir, per això tants comentaris negatius. I les que ho vivim ens dol, ens dol pensar que el gest més simple i humà sigui el més mal vist. Però sóm fortes, i no podran amb nosaltres, per sort, tenim espais com aquests per a poder cridar i dir la nostra.
    Un petó a totes aquelles mares que utilitzen les mames com a un vincle més amb el nadó o infant. Felicitats, jo ja porto 3 anys i 13 dies amb la Bruna. VISCA LA TETA!!!!

    1. Enhorabona per tot aquest temps. Celebro que en gaudiu totes dues. És cert; probablement és un acte que va poc d’acord amb la societat en la qual vivim últimament. Amb la pressa, amb la distància… requereix molta entrega i no hi valen rellotges, ni fer dues coses alhora, o tres, o quatre. Els bebès ens volen donant el pit i presents. Res de mitges tintes.
      Una abraçada i benvinguda al blog, a tu i a la Bruna.

  6. Precioso. Ojala todo el mundo que se extraña porque aun le doy teta a mi hijo de 15 meses ( ha dejado él solito todas las tomas menos la de la noche) pudiera leer esto y entender el porqué ambos estamos tan «enganchados» . Es un placer verle la cara y como pone los ojos en blanco de gusto,su manita en mi pecho,esa mirada que me dice te quiero…….,se me pone la piel de gallina con solo pensarlo y justamente tus palabras lo describen todo a la perfeccion. La pena es que solo puedo compartir esto en la red.
    Muchos besos y de nuevo,muy bonitas tus palabras!!

  7. Precioso!!!! Me encanta el texto y todos los comentarios, yo también lo siento así, 19 meses de lactancia y seguimos disfrutándola tanto que no me imagino el momento del destete.
    También sufro la indiscreción de la gente que no para de pregintar hasta cuando…..Pero me niego a renunciar a ese momento, nuestro momento, a esas miradas y caricias, espero que aún dure mucho tiempo.
    Besos a todas y gracias por tud palabras Miriam

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