nunca hubiera dicho

Maternidad: Nunca hubiera dicho…

Ahora que ya hace más de tres años que soy madre me doy cuenta que antes de serlo, y aunque intentara evitarlo, tenía ciertas creencias arraigadas sobre la maternidad, pensando que aquello iba a misa.

En algunas cosas tenía la sensación de que la maternidad no me sorprendería y creía que mucho antes de experimentarla, el 80 por ciento de las cosas ya las sabía. ¡Que equivocada estaba!

Cuando miro atrás, en vez de darme latigazos pensando lo inocente que era, siento una inmensa felicidad al darme cuenta de todo lo que he aprendido, celebrando que la maternidad me haya hecho descubrir tantas cosas y me haya enseñado tanto. ¡Qué suerte!, pienso.

Nunca hubiera dicho… 

Por ejemplo, no hubiera dicho nunca que estaría más de 30 meses dando el pecho. Sí, yo quería lactancia materna para Laia pero… no sabía ni que la disfrutaría tanto ni durante tanto tiempo…

Ahora ya sé que no sé cuándo acabará y acepto esta incógnita como parte de una maternidad que voy descubriendo día a día.

Nunca hubiera dicho que con la llegada de una hija me podría sentir emocionalmente tan patas arriba y a la vez, tan feliz y plena criándola la 24 horas…

Que cuando leía en algún lugar que el baile de hormonas era como una montaña rusa quería decir que sí, efectivamente, que los estados anímicos a ratos subían y bajaban como si estuvieses subida en el Dragon Khan.

Tampoco sabía que la etapa del puerperio acabaría siendo una de las más importantes de mi vida hasta ahora, por todo lo vivido y por todo lo aprendido…

Ni siquiera me imaginaba lo difícil que sería concentrarme en según qué cuando estaba puèrpara perdida…Yo, que creía que las mujeres podíamos hacer mil y una cosas a la vez, durante el puerperio ¡apenas podía hacer una!

Mientras estaba embarazada me imaginaba muchas situaciones, pero nunca hubiera dicho que criar un hij@ podía ser tan cansado. Que podía haber días agotadores en los que no tienes el tiempo material ni para peinarte.

Que llegaría a llevarla colgada en la bandolera tantas horas al día, y que ahora, que por el peso ya no la llevo tanto a upa, echaría de menos aquella etapa de madre porteadora…

No hubiera dicho nunca que no sabría qué hacer los pocos ratos que me he quedado sola en casa. Que me sentiría tan extraña sin ella a mi lado… Que tardaría tantos meses en poder ir a la peluquería o que no volvería a aburrirme jamás.

Antes de tener a Laia no sabía que llegaría un día (hoy) que tendría en un cajón sujetadores de todas las tallas porque mis pechos han pasado por todas las fases habidas y por haber y a veces ya no sé qué talla gasto, porque me cambian de volumen cada día a todas horas! 😉

Tampoco hubiera dicho nunca que nuestra casa sería tan caótica y desordenada, con juguetes y cuentos por todas partes, y que a pesar de todo, nos acabaríamos acostumbrando y encontrando cada cosa en su lugar en medio de un caos que ya nos es familiar.

Nunca hubiera dicho que me gustaría tanto tener una hija, que la disfrutaría tanto y que aprenderíamos tantas cosas.

Tampoco sabía que sería capaz de amarla como la amo, con un amor profundo e intenso que a veces me desborda y me emociona. Que cada día sería posible amarla un poco más, y más, y más… ignorando dónde está el límite y si ese límite existe.

Nunca hubiera dicho que tener un hij@ podía ser tan divertido, que la mayoría de veces me haría tocar el cielo pero que también otras, me haría bajar a mi propio infierno para salir, después, reforzada…

Pero sobre todo, lo que no tenía ni idea de que pasaría es que la maternidad me supondría un «clic», que me haría verlo todo con otro prisma, que me haría olvidar todo lo preconcebido, que me haría desaprender todo lo que ya conocía por RE-aprenderlo de una manera más amorosa, más femenina, más madre, más vital y mucho, mucho más plena.


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Míriam Tirado

Consultora de crianza consciente y periodista especializada en maternidad, paternidad y crianza. Me dedico a ayudar a madres y padres a conectar con sus hijos/as.

15 comentarios

  1. Hola Miriam!! Yo nunca hubiera dicho que haría las cosas que hago con Marco, lactancia prolongada, colecho, porteo siempre que puedo, evitar guarderías… Y lo mejor es que me encanta como vivimos juntos su infancia, aunque no la hubiera pensado antes así.
    Un abrazo

  2. Yo nunca hubiera dicho que sería tan práctica y tan «go with the flow». De normal soy bastante anal retentiva y obsesivamente perfeccionista, pero con mi Critter he decidido ser un desmadre y disfrutar cada instante. Los niños no son como se describen en los libros—-son aún peores y mucho mejores! Así que cada día es único e irrepetible y cada experiencia un milagro de la vida.

    1. Jajajaja… ¡Qué buena! En eso coincidimos… mi familia todavía alucina con mi «go with the flow» porque ni ellos ni yo lo hubiéramos dicho hace tres años! Qué bien lo has descrito… cada día es un milagro! 😉
      Gracias por compartir. Besos.

  3. ja,ja,ja ¡veo que no soy la única despelujada!
    ¡yo tampoco hubiera dicho que la maternidad me regalaría la capacidad de volver a sorprenderme con la vida y de disfrutar del caos!
    Abrazos «quien me lo iba a decir»

    1. Hola, Magia!
      Es que esto de la maternidad es muy fuerte, ¿no? 😉 Pasan cosas extraordinarias que hacen que años después mires atrás y digas «¡Cómo hemos cambiado!» Lo bueno es que sientes que ha sido a mejor, sin duda.
      Besos, guapa. Me encantó abrazarte el sábado!

  4. cuánto nos enseñas nuestros pequeños tesoros!!!! Reconozco que el nacimiento de Leo me ha sometido más a una montaña rusa emocional que el de Clàudia… que estoy aún más preparada para dejar que mis niños me pongan la vida del revés, porque verla a través de sus ojos hace más bonito aún vivirla!

    Feliz lunes Míriam

    1. Gracias Haydee, feliz semana para ti! Qué bien que estés preparada para dejar que pasen todas las cosas que suceden con la maternidad… Ahora ya puedes fluir en todos los sentidos.
      Besos.

  5. Nunca imaginé que iba a sentirme tan cómoda colechando, que el pecoo se me abriría cada vez que la oigo llorar, que de agotamiento me acostaría a las 9 de la noche, y que sin embargo durante el día funcionaría más o menos decentomente a pesar de despertarme x veces por la noche (ni las cuento, para qué). No pensé que mis prioridades iban a cambiar tantísimo. No sabía que me quedaba y me quen tantas cosas por aprender, que los partos pueden disfrutarse o hundirte,tuve quo reconstruirme, y sigo haciendo reformas en mi cabeza y en mi corazón…

    1. Silvia, qué comentario más bonito! Cómo me ha gustado lo de que sigues haciendo reformas en tu cabeza y en tu corazón… Estamos en contínuo cambio, y en la maternidad, más si cabe!
      Gracias por compartir estas palabras. Besos.

  6. Hay muchas cosas que han cambiado con la maternidad, pero lo que nunca, nunca me imaginé que haría es colechar con mi hija, lo tenía tan arraigado como algo malo y peligroso… y sin embargo ahora cuanto disfrutamos de ello.
    Un abrazo

    1. Carol,

      cómo nos cambia la forma de pensar cuando estamos de lleno en la maternidad. Para algunas es el colecho, para otras la lactancia, o el tipo de escuela, o miles de cosas… Esas ideas preestablecidas que ni siquiera eran nuestras dejan de tener sentido cuando sientes tu corazón que te dice justo algo que ni siquiera te hubieras imaginado…
      Celebro que lo estés disfrutando tanto. Un abrazo.

  7. Totalmente de acuerdo, he cambiado tanto que ni me siento la misma persona! Ahora soy más yo, más auténtica, para mí también ha supuesto un antes y un después. Todo el mundo dice que ser madre te cambia la vida, pero la verdad es que las que cambiamos somos nosotras…a mejor 😉

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