Nuestro «problema», ya lo expliqué en (La niña que no quería ir a la cama), era que siempre le ha costado ir a dormir. Digamos que siempre encuentra algo más interesante que hacer que ir a la cama.
En junio pasado, en plenas vacaciones, decidí que estaba harta de irle detrás «venga, que es hora de ir a dormir» y que lo teníamos que solucionar y hacerlo más divertido. Teníamos que jugar; era la única manera, estaba convencida.
Total, que me inventé que la zona de la cama era una casa llamada «LA CASA DE LOS CUENTOS» donde había una señora llamada «La dueña de la casa de los cuentos» que contaba historias a los niños para ir a dormir.
Esta casa tenía tres normas: los niños tenían que entrar con pijama y después de haber hecho pipí y haberse lavado los dientes.
Le encantó la idea. Ella entraba en la “casa”, se convertía en un personaje y charlábamos jugando. Le contaba el cuento y le daba el pecho hasta que se dormía. Los días siguientes, por la mañana ya me pedía «¿esta noche haremos la Casa de los Cuentos?». Ah, el cuento lo elige ella o mejor dicho, Lala, que es como asegura que se llama cuando entramos en el juego.
A menudo ella elige que el cuento se lo explique su padre, que también se convierte en un personaje cuando entra en la Casa maravillosa! 🙂
Pues bien, ¡mano de santo! Desde junio que prácticamente cada noche quiere que hagamos «La Casa de los Cuentos» y salvo algún día puntual, ya no hace el remolón para ir a la cama.
O sea que nos ha funcionado de maravilla. Le encanta ir a dormir jugando y francamente, a nosotros también. Es mucho más divertido y no tenemos los pollos que teníamos antes!
Incluso en verano, que nos fuimos unos días con un amigo suyo, hacíamos el juego todos juntos y les veías la cara de contentos cuando llamaban a la puerta imaginaria de «La Casa de los Cuentos»…
Pero seguro que algunos os preguntáis «¿pero se duerme o no sola? ¿Lo ha hecho alguna temporada?» y la respuesta es NO. Nosotros siempre la acompañamos hasta que se duerme.
Sé perfectamente que hay niños que se duermen solos tras recibir un beso de los padres pero nosotros no lo hemos hecho nunca, ni siquiera lo hemos intentado. Siempre hacemos el cuento, y luego nos tumbamos juntos… hasta que se duerme.
¿Cómo se duerme? Pues depende. Hay días que tomando pecho, otros mientras le doy un masaje en la espalda, otros mientras le canto una canción de cuna o otros simplemente, mientras estamos tumbadas en silencio.
A mí no me importa esperarme hasta que ella se ha dormido y a su padre tampoco. Si yo no estoy y la pone a dormir él, también la acompaña hasta que está totalmente dormida. No digo que esto esté ni bien ni mal: es lo que hacemos porque nos gusta hacerlo así, porque sentimos que queremos hacerlo de esta manera y porque no nos molesta esperar. Simplemente.
Siempre he dicho que cada casa es un mundo y que lo que nos funciona a nosotros, a otra familia puede no irle bien.
Otra cosa que hacemos desde hace un par de meses es «Jugar a secretos».
Yo recordaba que cuando era pequeña me encantaba meterme en la cama con mi madre y «explicarnos» confidencias, hablar de cosas más íntimas y a veces incluso taparnos como si estuviéramos en una cabaña.
A Laia le encantó la idea. Ahora la mayoría de noches hacemos «La Casa de los Cuentos» y luego apagamos la luz y nos contamos «secretos»: nos explicamos cuál ha sido el mejor momento del día para cada una, y también cuál ha sido el peor.
Si hemos tenido miedo en algún momento, si hemos sido felices,… es un rato que nos va muy bien para hablar de las emociones del día, para profundizar en cosas que han pasado… y sobre todo, un momento mágico para decirnos cuánto nos amamos.
«Hasta la luna, tres vueltas y volver», me dice ella, y yo «Hasta el infinito» y ella «Pues yo te quiero hasta el infinito ir y volver»… El otro día me dijo «¡Te quiero tanto que no te lo puedo explicar!»…
Imaginaos lo bien que lo pasamos los tres cuando nos contamos secretos (porque muchos días eso lo hacemos los tres juntos), que cuando le preguntamos cuál ha sido el mejor momento del día, a menudo contesta «el mejor momento es ¡AHORA!»…
El primer día que lo dijo me emocioné… porque los tres sentimos lo mismo. Que no podía haber nada más bonito de todo el día que estar los tres juntos, tumbados en la cama dentro de una cabaña y diciéndonos cuánto nos amábamos!
Si os he dado alguna idea, ¡lo celebro! Sea como sea, lo hagamos como lo hagamos, lo que es más importante es que el momento de acostarse sea agradable.
Un momento de recogimiento, de entrar en contacto unos con otros, un momento de intimidad, para poder digerir cosas, para poder expresar los miedos y poder, después, dormir más tranquilos.
Tan importante es levantarnos con buen pie y empezar bien el día, cómo hacer un buen cierre de la jornada y poder dormir, después, en PAZ.
Buena suerte. 😉
[thrive_leads id=’6503′]
15 respuestas
M’apunto les vostres experiències per quan em toqui. Ara la Carla té 2 anys i 2 mesos i encara no la veig preparada per aquests jocs. Amb ella també fem el mateix: l’acompanyem fins que es queda adormida. Uns dies va més ràpid i d’altres menys, però no tenim plors ni pors ni malsons.
Jo crec que també provaré a construir una Casa dels Contes!!
Hola, Ana!
Sí, cadascú ha de trobar la manera, i també depèn molt de l’edat del nen. Quan els nens entren en l’etapa de les pors (alguns als 2 i mig, d’altres als 3, d’altres més tard…) els costa encara més quedar-se sols a la nit, o voler que marxis. I cal enginy perquè tot plegat sigui agradable, amorós i acabi sent una bona estona. A vegades costa més, perquè anem tots cansats, però que siguin l’excepció! Una abraçada
Hola Bon dia. Nosaltres amb l’Eloi de moment no tenim gaires problemes per posar-lo a dormir. Abans sempre es dormia al pit i ara, que ja no en pren, ens estirem el seu pare i jo i li fem massatgets a l’esquena mentre recitem la «biblia de la familia». Com vivim fora nosaltres anem dient els noms de la gent que es important per nosaltres i li diem bona nit. Ell ho repeteix. Tambe li acostumem a cantar alguna canco d’un grup de musica que ens agrada molt, aixi molt relaxat tot i ens expliquem el dia. Quan ja s’ha adormit acostumem a quedar-nos una estoneta al llit els tres junts, relaxats escoltant com respira.. Jo a vegades tambe m’adormo…. Gracies per compartir la teva experiencia i per deixar que jo expliqui la meva. una abracada!
per cert, crec que mai t’ho havia dit, pero les fotos que poses m’agraden molt!
Hola, Raquel!
Quin riure això de la «Bíblia de la família»! Jo la veritat és que moooooltes vegades m’adormiria allà arraulida, però, endevina-ho! He de penjar el nou post! jajajaja… i sempre m’acabo aixecant! 🙂
Ah, gràcies per això de les fotos. He de dir que moltes són meves, les faig jo. Però alguns fans incondicionals com la meva mare, el meu company, la meva millor amiga, etc… pensen en el blog quan veuen algo xulo de Natura i em passen les fotos perquè les utilitzi! 🙂 Aprotifo l’avinentesa per expressar des d’aquí el meu agraïment.
Una abraçada. Celebro que t’agradin!
Nosaltres aprofitem l’estona d’anar a dormir per llegir contes, i tenim la tauleta de nit pleeena de llibrets, jejeje…(fem collit). M’ha agradat molt lo de les confidències nocturnes 🙂
Petons!
Hola, Mo!
Nosaltres també dormim junts i també tenim la tauleta una mica plena de contes… Prova-ho això de les confidències… és súper divertit! 🙂
Una abraçada!
Aix, el dormir… Nosaltres no hem tingut mai cap problema amb el dormir, perquè no ens ha fet mai res acompanyar-los fins que es queden tranquils, ni amb el gran ni amb el petit. Tots dos van passar una època que els podies deixar sols i s’adormien, però estem en època de pors. Hem fet de tot, des d’endur-nos-els al nostre llit fins que el que tenia por s’adormia fins a fer-los companyia a la seva habitació. Expliquem un conte, un per cadascun, i llavors ens estirem amb el petit -pujar al llit de dalt de la llitera seria complicat- fins que aconsegueix dormir-se, que no és precisament ràpid. Les neurones li van a mil i no para quiet, però amb el temps segur que serà com el seu germà, que s’adorm abraçadet a qualsevol nino i tranquil -això sí, perquè sap que som a sota. I sovint, s’hi està tan bé, que ens acabem quedant dormits amb ells. Tenim com a norma que ni jo ni el meu home ens despertem per avisar-nos que ens hem dormit. S’hi està tan bé amb l’escalforeta que desprenen… D’aquí a uns anys ja no es deixaran, així que ara ho disfrutem.
Hola, Montse!
M’ha agradat moltíssim això de la norma de «no ens despertem»… Jo ja ho he dit, no ho faig mai perquè m’espera un blog! 🙂 i perquè la veritat, m’agrada molt aprofitar també l’estoneta que em queda des que ella s’adorm fins que anem a dormir nosaltres. La Laia també hi ha dies que triga a adormir-se, depèn de com estigui d’esverada, de cansada… però amb mimos i molta paciència, contes i secrets, s’acaba quedant KO.
I tens tota la raó, d’aquí un temps ja no necessitaran que et quedis a fer-los moixaines i segur que ho trobaràs a faltar! O sigui que a profitar-ho! 😉
Petons
Me ha encantado la estratégia y creo que es muy acertada. Además ganas un momento estupendo para la lectura y para compartir.
Hola, Papá Digital!
Celebro que te haya gustado nuestra inventiva para conseguir que Laia quiera ir a dormir y lo haga a gusto y feliz! Y sí, muchos días es de los mejores momentos de la jornada!
Un abrazo
Me parece una ideal genial el juego que habéis inventado y precioso lo de «jugar a secretos». Sin duda son ideas que tendré muy en cuenta, aunque como dices luego cada niño es de una manera.
Mi nena también es de las que intenta por todos los medio no dormirse. Si está en la teta y ve que se va a dormir, de pronto da un salto y dice que no quiere más. Aunque también son temporadas.
En nuestro caso, por ahora, aunque hay excepciones, sólo quiere dormirse conmigo. La verdad es que agradecería que dejase también a su padre acompañarle en esos momentos. Pero tiempo al tiempo, que como digo, alguna vez se ha ido a la cama con él (aunque la mayoría de las veces vuelve a donde esté yo ).
Un abrazo
Hola Carol!
En esto último que comentas, Laia igual. Si puede elegir, quiere que sea yo la que la pone a dormir. O sea, con su padre quiere Casa de los Cuentos, Secretos y tal, pero lo que es dormirse… quiere a mamá a su lado. Y muchas veces lo que hacemos es que si él le cuenta el cuento, los tres hacemos el momento «secretos» y luego él se va y se duerme conmigo. Pero claro, cuando yo estoy trabajando y llego tarde (2 días a la semana) pues lo hace todo con él y ningún problema.
Estoy segura que un día querrá dormirse también con él aunque esté yo. Es sólo cuestión de tiempo. Gracias por contar tu experiencia.
Besos!
M’ha encantat! Jo també acompanyo sempre a la meva filla. Quan era més petita s’adormia al pit, després amb carícies, desde fa poc a la seva habitació amb conte y quan sigui una mica més gran m’apunto lo dels secrets. Una forma excel.lent per començar a explicar confidències y encarar aquest moment per més endavant! Gràcies 😉
Ains Miriam, t’explico com anem naltros. Per anar a dormir no hi ha problema, escull ell la roba del día següent, ens rentem les dents, fem pipí, ens posem el pijama, llegim dos, tres i algún cop quatre contes, i penso, guai, tot va Perfecte, pero alhora de dormir diu que no te son, li entra la sed, el pipí, les ganes de saltar, de menjar, li comença a brotar una energia que no se d’on lo surt. Intento parlar amb ell, dirli que hem de dormir, pero res de res, fins que ja es perd la paciencia. Desde que fem el gest danar a dormir, fins que s’adorm pasa ben be una hora. Ho anem trebalant pero es durillo.
Hola Anna. Sí, és pesat però el que fa és absolutament normal. Mira’t això que potser t’ajudi: https://www.miriamtirado.com/es/2016/11/30/la-hora-de-acostar-a-los-ninos/