Estimado hijo

Estimado hijo

Querido hijo,  Esta es la primera vez que te escribo y he de confesar que ya hace muchos días que tenía ganas de hacerlo. Hace aproximadamente un mes que te siento tan presente, que ya no he podido evitar empezar a escribirte también a ti, las cosas que vivo, siento y pienso.

Cuando esto me pasó con Laia, pensaba que no era normal, que no era posible sentir a un hijo mucho antes de gestarlo en el vientre. Con el tiempo, con los años y el aprendizaje, el intercambio de experiencias con otras madres, la lectura de libros… he sabido que sí era normal. Que lo era mucho. Y cuando pensaba que esto quizás no volvería a sucederme nunca más como aquella primera vez… se me hiciste tan presente que no pude simular que no lo sentía, que no me daba cuenta de ello.

A veces es casi como si te viera. Te noto tan cerca que algún día me he llegado a agobiar y a decirte «no, no estoy a punto todavía»… porque es cierto lo que te digo; aún no me siento a punto. Sé que no tienes prisa y a la vez sé que todos sabemos que tienes que venir. Lo sé con la misma certeza que intuyo que eres un niño. Un niño que ya se comunica con su hermana…

Nunca había hablado de nada de hermanos ni de hermanas, ni Laia ni por supuesto, nosotros. El tema era como si no existiera. De repente, no hace mucho, comenzó a hablar de ti como, como quien dice, ya estuvieras en casa. Mirábamos una película de dibujos animados y le dije «mira, son un caballo, una yegua y el pequeño potro» y ella contestó «como nosotros, mama: tú, papá, yo y el hermanito». Nunca me ha pedido «quiero que tengas un hijo» porque da por supuesto que llegarás. Es como si tuviera tanta seguridad de ello que ya ni se molesta en preguntarse si esto será así o no.

Habla de ti como si te conociera de toda la vida: «mamá, esto se lo estoy pintando a mi hermano», que por cierto, te ha pintado una camiseta… estuvo días haciéndola, y ya la tiene guardada en un cajón de su habitación para cuando llegues.

Nosotros no le hemos dicho nada. Yo no le he contado que hace semanas que te siento, ni que creo que sí, que un día llegarás. Sé que los niños lo de nueve meses y en nuestro caso, bastante más porque no estoy ni embarazada ni buscándote aún, se les puede hacer muy largo. Pero no la veo impaciente, simplemente, la veo absolutamente convencida de que estás de alguna manera y de qué estarás físicamente algún día.

La piel de gallina se me ha puesto hoy cuando de repente, cuando la tenía en el regazo mientras se comía un trozo de manzana antes de ir a la cama, me dice «shtttt… mamá, ¿lo has oído? hay un ángel» (¡nunca en la vida le he hablado de ángeles, yo!) «ah sí?» he contestado «sí… está aquí… ¡HOLA!» Ha dicho… «Quizás es el hermanito… ¡Ven!… ¡Ya puedes venir! Te quiero… ¡tengo muchas ganas de verte!». Muda, me he quedado.

Siempre he sabido y creído que los niños tienen capacidades sensoriales que a los adultos se nos escapan porque de alguna manera, hemos ido perdiéndolas. Sé que si les dejamos expresarse, si no reprimimos lo que sienten, si no les negamos lo que ven y experimentan… estas capacidades pueden no perderse… ¡Y lo encuentro tan fantástico! Que ella sienta lo mismo que yo, que te sienta cerca y que te pueda decir que te quiere…! Es increíble, porque serás un niño deseado, pensado y querido desde mucho antes de engendrarte… como ella. Serás pensado, deseado y querido no sólo por mí y tu padre, sino también por tu hermana, ¡y esto es otro regalo que nos da la vida!

Soy feliz. Soy feliz de volver a sentir lo que empecé a sentir un verano, mucho antes de empezar a gestar a Laia. Soy feliz de sentirte cerca, de notarte tan amoroso… de sentir tan a menudo que nos espías, que me acompañas, que estás, de alguna manera, aquí. Sé que tendrás paciencia, que sabrás cuándo es el momento. Yo todavía no lo siento. Pero ahora estoy contenta porque sé que llegará y que será contigo. Que un día habitarás en mí y te podré acompañar para que puedas venir a nosotros y desplegarte. Ya te estamos esperando, hijo mío… de alguna manera, ya estamos gestándote todos. ¡Y no sabes lo feliz que soy de sentirlo!

Aún no estás físicamente aquí, y cada día ya es mágico.

Te quiero,

Tu madre.

 

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Míriam Tirado

Consultora de crianza consciente y periodista especializada en maternidad, paternidad y crianza. Me dedico a ayudar a madres y padres a conectar con sus hijos/as.

25 respuestas

  1. Que bonic…, que tendre…, quant amor… m’emocionen les teves paraules Míriam. I et felicito per sentir el què sentiu, que afortunades!!
    Una forta abraçada!

  2. M’he emocionat! M’has fet recordar tantes coses….
    Tinc dos fills, un nen i una nena i abans de quedar-me embarassada els sentia tan presents a la meva vida… Ja hi eren, d’una manera espiritual, no física.
    És màgic… saber que vindran a les nostres vides, fins i tot somies amb ells i el veus… Enhorabona!! Gaudeix d’aquest periode tan especial… Una abraçada.

    1. Hola, Sílvia.
      Gràcies. Sí… és un sentiment molt especial. Fa temps en aquest blog vaig escriure un post que es deia «POTSER T’HA PASSAT» i parlava d’això. Em feia vergonya penjar-lo per por que es pensessin que estava com una regadora i per sorpresa meva, un munt de mares i dones que encara no ho eren, em van començar a escriure dient-me «a mi també em passa i no ho he dit a ningú perquè em feia cosa!». Ara ja no em fa gens de vergonya, al contrari. Em fa feliç sentir això i compartir-ho amb tots vosaltres!!!
      Una abraçada

  3. Miriam…pell de gallina…
    Es una passada que tingueu aquesta connexió!! Nosaltres també pensem molt en els germanets de la Bruna, perquè tinc la sensació que serem dos més a la familia….quines coses mes curioses oi?! i ara que començo a guardar les coses que ja no li van ve, les guardo amb tanta il·lusió i amor com quan les vaig anar a buscar perquè penso que seràn per els que hagin de venir… És realment especial sentir aquest amor per algú que encara no és entre nosaltres… Molt bon cap de setmana, un petonet!!

    1. Hola, Jèssica!
      2 més… que bé!!! Curiós, oi, sentir que la família encara no està completa? Que bé que puguis sentir això! Una abraçada ben forta als tres que hi sou i als dos que vindran! 🙂

  4. Jo tambe tinc la pell de gallina. Es precios aixo que has escrit i es nota que el vincle que teniu entre la teva filla i tu es mes que enorme.
    una forta abracada i felicitats per sentir el que sents.

  5. Ouaou Miriam, me ha encantado. Estoy totalmente de acuerdo contigo, los niños sienten las cosas y nosotros aunque hayamos perdido esa capacidad en algun momento, podemos recuperarla. Un beso enorme

  6. La pell de gallina se m’ha posat!! Increible!!!!! I jo pensava que ,m’havia comunicat amb les meves filles…però mai abans d’estar a la panxa…simplement fantàstic i meravellós em sembla

  7. La veritat és que és preciós Míriam, tant el fet de (pre-)sentir que alguna nova vida estarà en camí com la complicitat que teniu amb la teva filla. I no puc deixar de meravellar-me per aquests vincles tan màgics i especials que hi ha entre els bebés i les mares i els pares, també amb els futurs germans, que existeixen fins i tot quan el bebé encara només és una il·lusió al nostre interior. Gràcies per compartir aquestes emocionants paraules.

    1. Hola, Jordi.
      Que bé que t’hagi agradat. Jo també em meravello cada dia… per tot; quan veig els bebès com miren a les mares, etc… quan hi ha vincle, és tot tan fantàstic! 🙂
      Gràcies a vosaltres per llegir-me!
      Una abraçada

  8. Uau! T’he descobert fa dos dies i avui t’he relacionat amb el llibre que em vaig llegir fa poc més d’un any quan estava embarassada i m’ha fet molta il·lusió.
    I aquesta entrada… la pell de gallina acompanyada de llagrimeta! Preciós!
    Siem permets, em quedaré per aquí una temporadeta!

    1. Ostres, Inski!
      Que bé! Doncs sí, el mes que ve farà dos anys que estic per aquí escrivint sobre maternitat, paternitat i criança! Que bé que et quedis! Benvinguda!
      Una abraçada

  9. Hola Miriam! Et puc dir.. Que tota la meva vida he sentir q tindria 3 fills. Sempre he estat segura d’aixo…molt abana de tenir a la petita Minerva q te 13 mesos ja me l’ imaginava Sempre ha estat present a la meva vida. De fet.. Inclus sabia q el primer fill sería nena i quan vaig coneixer al pare.. Una de les nostres primeres conversacions va ser el nom que ens agradaría q tingues la nostra filla i sorprendentment coincidiem els dos: Minerva! I aquí hi es tal i com la imaginavem sense imaginar-la. M’encanta el teu blog.

  10. Querida Miriam, te quiero sin conocerte, formas parte de mi hogar, de mi crianza… gracias… Que relato tan hermoso, abrazo tus palabras , se que pronto vendrá mi segundo hija o hijo, le extraño y anhelo aún sin que exista, le imagino, le amo , alguien nos falta en nuestro nido…

    Gracias desde mi corazón

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