Crianza: se me escapa

Hay veces que se me escapa lo que te pasa. Hay veces que me debes ver desconcertada porque ante alguna acción tuya, me cuesta reaccionar, saber qué necesitas, encontrar el movimiento justo y la palabra adecuada. Hoy nos ha pasado.

Hoy no he sabido qué te pasaba; estabas de mal humor, te has levantado con el pie izquierdo, que dirían algunos. Pero yo no sé si era mal humor, o si te pasaba algo más. He notado que buscabas enfadarte pero que como no encontrabas ningún motivo evidente para hacerlo, gemías sin saber hacia dónde tirar. Finalmente te he mirado y te he dicho: «¿qué te pasa? ¿estás enfadada? ¿tienes ganas de llorar?» Y me has dicho que no, pero has empezado a hacerlo cada vez más fuerte. Primero llorabas con tono de tristeza y luego con mucha rabia, enfadada por algo que yo no he conseguido descubrir.

Habíamos pasado muy buena noche, todo está bien, no hay nada que desencaje y así te lo he querido transmitir: «está bien,…» pero nada te ayudaba. Has querido que me apartase y lo he hecho pero cuando me alejaba, llorabas más fuerte porque no querías que me fuera. Tampoco querías ningún abrazo.

Tenía la sensación de que te molestaba si te decía y también si callaba. Te molestaba que hiciera y también que no hiciera nada. Y entonces me he dado cuenta que hay muchas cosas que a los padres, se nos escapan. Lo siento… hay veces que se me escapa lo que te pasa y lo único que puedo hacer es acompañarte.

En el fondo, por más libros que leamos, por más información que tengamos, nunca ni madres/padres, ni ningún experto sabrá profundamente lo que os pasa a cada instante. Porque sois mucho más sensibles que nosotros, porque a veces pienso que también sois mucho más sabios y os dais cuenta de cosas que nosotros no conseguimos descifrar. O recordáis cosas que para nosotros ya están olvidadas. O teméis otras que a nosotros ni se nos han ocurrido… Te lo digo, hija mía, porque un día, cuando tengas tus hijos, no te agobies si algún día sientes que lo que les pasa… se te escapa. Sentirás, quizás, que no estás a la altura, que no lo haces lo bastante bien, que no sabes lo suficiente o que no eres lo suficientemente buena madre. Pero nada de esto será cierto. Es sólo que necesitamos entender profundamente y humildemente que nunca lo sabremos todo de nuestros hijos y… no pasa nada.

Cuando he conseguido abrazarte te has dejado hacer y te has fundido en mi cuerpo, como si quisieras que por un momento, fuera también el tuyo.

Te he preguntado si te molestaba que me alejara y me has dicho que sí. Te he dicho si preferías que, la próxima vez, me quede más cerca mirándote y callada y me has dicho que sí. Pero entonces te he preguntado si el hecho de que te mire y no diga nada te hará enfadar aún más y me has dicho otra vez que sí. «¿Qué necesitas, entonces, cuando estás tan enfadada?» y me has dicho: «no lo sé». Has vuelto a llorar, triste de no saber lo que te pasa o tal vez de que tu madre no lo sepa y te lo pueda explicar. Y al final hemos aceptado, ambas, que a veces las cosas van así y que tampoco podemos hacer gran cosa.

Esta vez, como todas, he lamentado verte pasarlo mal, pero no he sentido impotencia. He dejado que pasara el momento, estando cerca y disponible, dándome cuenta que no te lo podré resolver todo y que hay cosas que las tienes que atravesar tú sola. Me has ayudado, de nuevo, a volver a hacer ese ejercicio de humildad de darme cuenta que no lo sé todo, ni sé qué hacer siempre. Que no te lo puedo ahorrar todo y que muchas veces no puedo ni ayudarte. Me has recordado que sólo soy tu madre y que a veces a las madres nos toca esto… aceptar que hay cosas que se nos escapan.

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Míriam Tirado

Consultora de crianza consciente y periodista especializada en maternidad, paternidad y crianza. Me dedico a ayudar a madres y padres a conectar con sus hijos/as.

17 respuestas

  1. A nosaltres també ens ha passat això que descrius… exactament igual que ho has explicat tu. En aquests moments jo tampoc sé ben bé el que he de fer per ajudar la nostra filla, suposo que els pares no voldríem veure’ls mai així i faríem el que fos per ajudar-los a passar aquests moments. Però suposo que els han de passar i prou…

    1. Exacte Nona… No és agradable, però ÉS, simplement. El problema és que ho etiquetem tot entre bé o malament i que necessitem entendre-ho tot també… i a vegades, hi ha coses que se’ns escapen, i no passa res. Aquests moments, passen i prou. Jo a vegades també hi ha dies que em noto estranya i no sé per què. Tot està bé però de sobte hi ha moments en què estic malament… I passa.
      Una abraçada!

  2. Miriam, me voy a quedar con una frase que es «solo soy tu madre».. me va a venir bien porque muchas veces cuando algo se me escapa si que siento impotencia. Besos!

    1. Hola, Carol!!!

      Ya sabes… no somos perfectas y por lo tanto, ni lo sabremos todo ni lo podremos solucionar todo… Aunque no lo olvides, somos auténticas heroínas como ya escribí en un post… Y sí, por mucho que a veces nos cueste aceptarlo… SÓLO somos sus madres 😉

      Besos!!!

  3. aisssssssssss, si hay días que se me escapa hasta lo que me pasa a mi… normal que se nos escape lo que les pasa a los peques, podemos más que quererles y acompañar.

    mua!

  4. He estado ahi tantas veces…. a mis hijos les pasa mucho. Solo queda estar ahi. Pero lo mas lindo es que hace unos dias fueron ellos los que estuvieron ahi para mi, tenia uno de esos dias, esos dias grises en que se siente el peso de la vida y sin quererlo se me salieron las lagrimas, al no poder explicarles exactamente lo que me pasaba, decidieron solo estar ahi, mi hijo pequeño me dio su oso de peluche y el mayor me dio el abrazo mas reconfortante que nunca me habian dado.
    Me senti bien al instante. Fue algo mágico.

    1. Alejandra…

      Es increible a veces la facilidad y amor con que nos acompañan cuando no estamos bien. Celebro que estuvieran a tu lado y te hicieran cambiar el humor.

      Besos.

    2. Si emocionan esos momentos en que sufrimos con ellos esos momentos de no saber, no entender, pero estar. No veas como emocionan cuando es al revés, porqué son aún mas emotivos y nos llenan el alma. Me han saltado los lagrimones Alejandra, porque son tan lindos!!!!

  5. Jo, hay días así, y son un horror… mi niña va buscando cosas que sabe que no nos gusta que haga, y las hace una tras otra, hasta que nosotros saltamos y la regañamos (porque al final siempre hace algo que puede ser peligroso…).
    Entonces ella se coge una rabieta, llora, grita, da patadas… al cabo de un rato se deja abrazar, llora y se tranquiliza. Es como si «necesitara» el desahogo…

  6. Miriam, he compartido tu post en mi muro de FB, me conmueve la capacidad que tienes para identificar esto que te pasa a tí y plasmarlo en palabras. Cuando estoy en este lugar, abrazo a mi hijo/a y le pregunto ¿

  7. ¿Qué necesitás de mi? ¿Cómo te puedo ayudar? A veces funciona, no porque me contesten algo, sino porque entienden que estoy disponible para ellos. O eso creo yo!
    Saludos

    PD: me ha salido cortado, vaya a saber que toqué!

  8. Ara mateix estem iniciant aquesta fase i hi ha moments que em sento tan perduda, el no saber que li passa perque esta d’aquella manera s’ha enfadat, esta trista, s’ha espantat o potser ha sentit frustració per alguna cosa i no me adonat… La falta de vocabulari ho complica, a part de que crec que a vegades ni ella ho sap. El meu unic consol és que és una nena de molt contacte fisic i quan es posa aixi vol molts braços i com a minim no hem sento tan inutil, perque no soc capaç de compendrela però puc consolarla o donar-li suport… Que dificil que és…

  9. M’hi sento molt identificada amb el que escrius, tinc una filla de quatre anys, amb una discapacitat que la dificulta la comunicació verbal entre d’altres coses… i moltes vegades l’unica cosa que puc fer quan s’enfada es donar-li el seu temps fins que es calmi… es molt complicat.
    Moltes gracies!
    Una abraçada!

  10. Muchas gracias por este post, como muchos otros ha aparecido en el momento perfecto. Hoy mi hija de 4 años tuvo un arranque parecido al que cuentas, quería pelear por cualquier motivo. Quería estar sola pero no, quería que la abrazara pero no. Al final lo resolvimos igual que uds,la acompañé hasta que se le pasó, y mantuve la calma sin enganchar. Me sirve mucho entender que ella también se confunde, como todos. Gracias, mil gracias!

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