Entrevista: El parto en casa

Me hace muchísima ilusión presentar esta entrevista. Hace meses que quería hacerla y costó podernos encontrar con Inma Marcos. Queríamos hablar tranquilamente, no con prisas… Y finalmente encontramos el día para hacerlo. El resultado de aquella conversación-entrevista, es la que se podéis leer (un trozo) o escuchar. Os recomiendo que la escuchéis, porque allí está el tono, la entonación, oiréis la risa de Inma, su voz… y seguro que os será mucho más agradable. Yo la disfruté mucho. Espero que vosotros también. La transcripción es sólo la primera mitad de la entrevista… El programa con el que hago el blog no me permite colgar todo el texto porque pesa demasiado. Por eso, insisto, mucho mejor escucharla.

Para los que no la conozcáis, Inma Marcos es comadrona desde 1996. Primero trabajó en la sanidad pública y después y hasta el día de hoy, atendiendo partos en casa. La encontraréis en Néixer a casa, (Barcelona) la empresa que tiene junto con tres comadronas más. El primer día que vi a Inma en persona fue en un encuentro de El Parto se Nuestro, concretamente de su «rama» Apoyocesáreas y pensé: algún día tengo que entrevistarla.

Escucha la entrevista o descárgala aquí:

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Transcripción de la entrevista:

MÍRIAM: Tu Inma trabajaste en la sanidad pública y llega un día que decides que quieres atender partos en casa. Por qué, qué ha pasado, qué cambio hay que te hace tomar esta decisión?

INMAPues fue por una alergia al látex. Yo estaba en el hospital, trabajando muy feliz, estaba mucho por la labor de los partos naturales en el hospital, pero no imaginaba trabajar de parto en casa. Se me detectó una alergia al látex y para darme una plaza fija se me envió a la médica de empresa para pedir un informe conforme no era un problema trabajar en sala de partos con alergia al látex, y el informe fue negativo: me dijeron que no era apta para trabajar en zona quirúrgica, que era peligroso para mí y que debía dejar de trabajar en hospital para siempre. Yo me puse muy mal, muy triste, porque no me imaginaba dejar de ejercer para mí la profesión más bonita del mundo. Empecé a trabajar en atención primaria y hablando por email con más gente, con comadronas del resto del mundo de habla hispana, cuando expliqué lo que me había sucedido alguien me contestó:  “Inma, y si no puedes trabajar en zona quirúrgica, por que no te vas a trabajar a la zona NO-quirúrgica, al parto en casa?” Yo ahí empecé a ver la luz, empecé a hablar con gente que lo hacía, a aprender, a investigar, y ahí fue cuando empecé!

MÍRIAM: Qué cosas tiene la vida, ¿no? Supongo que tu camino debía de ser ese…

INMASí, ahora estoy muy agradecida a mi alergia al látex!!! jajajaja…

MÍRIAM: Tienes cuatro hijos… En alguno de sus partos sufriste violencia obstétrica?

INMASí, sí,… sobretodo en el primero. Yo era muy jovencita y quería ser comadrona desde muy pequeña (yo tenía 4 años y ya decía que quería serlo), pero después del parto de mi primera hija, con 22 años, no quería ser comadrona ya más, porque experimenté un parto muy duro, muy manipulado, muy humillante para mí también. Pensé que esto era un horror lo de parir, y de los partos… y no quería ser comadrona.

MÍRIAM: ¿Te marcó?

INMASí, mucho. Pero luego mi madre, que es comadrona y está jubilada, ella siempre fue comadrona sumisa, obediente, hospitalaria… me obligó a presentarme a los exámenes para acceder para ser comadrona y yo me presenté para que no me diera la lata, pensando “no voy a sacar nada, no voy a conseguirlo”, y saqué buena nota, y conseguí entrar, y ahora estoy tan agradecida a mi madre…!

MÍRIAM: Cuando tenemos una misión en la vida no podemos rehuirla…!

INMASí, fue así…

MÍRIAM: Esta violencia obstétrica que tu has sufrido, crees que te ha dado la perspectiva para atender las mujeres de otra manera?

INMASí… mi madre sufrió violencia obstétrica conmigo. Yo tengo una lesión en la coronilla que todavía se puede ver muy bien. Es una herida profunda que me causó el ginecólogo porque estaba empeñado en hacer la episiotomía a mi madre aunque yo ya estaba con la cabeza saliendo y me clavó las tijeras en la cabeza…

MÍRIAM: ¡Ay, por favor…!

INMAYo creo que estoy haciendo lo que hago porque… “a mí ginecólogos… ¡ja!” jajaja…

MÍRIAM: Cuando estabas en la sanidad pública, qué vivías respecto a esto? Qué sentías cuando veías a ginecólogos, comadronas o enfermeras infantilizando a las mujeres, tratándolas mal o no como deberían?

INMAMe sentía muy mal porque además yo era parte del sistema y por protocolo yo estaba obligada a hacer muchas cosas que no quería hacer pero que tenía que hacer… Sobretodo lo peor fue cuando estudiaba comadrona en un hospital de tercer nivel, muy invasivo, donde las mujeres no tienen voz ni voto y las comadronas menos… Allí por rutina se hacía monitorización interna, a todas las mamás de bajo riesgo. La monitorización interna consiste en romper la bolsa, penetrar en la cavidad uterina con una sonda para marcar la frecuencia exacta e intensidad de las contracciones y se clava en el cuero cabelludo del bebé un alambre pequeñito para marcar el latido fetal. Esto se hacía a todos los bebés y mamás allí y dentro de mis prácticas lo tuve que hacer muchas veces. En ese momento me sabía muy mal pero años después es algo que tengo allí que no me gusta haber tenido que hacer eso…

«Me sentía muy mal porque además yo era parte del sistema y por protocolo yo estaba obligada a hacer muchas cosas que no quería hacer pero que tenía que hacer…»

MÍRIAM: Cuando estabas dentro del hospital vivías con contradicción tu profesión o no todavía?

INMAMientras me formaba ya lo vivía así pero conforme han pasado los años todavía más. Recuerdo que durante mi formación de comadrona a veces necesitaba encerrarme en un lavabo, llorar sola y tranquila y volver a salir para poder seguir con lo que estaba viendo… Y luego en el hospital era muy difícil apoyar y defender a las mujeres con el peso del equipo médico detrás. Cuántas veces estaba atendiendo un parto y tenía el ginecólogo detrás de la oreja diciendo “¡Corta! ¡Corta! ¡Inma Corta!” “¡Episiotomía!” y al final tenía que hacer una muesca, algo pequeñito para que se callara el ginecólogo… O después de nacer el bebé yo esperaba, dejaba latir el cordón y tenía detrás todo el mundo “Pero corta ya! Corta ya el cordón!”, todo el mundo con prisa… y yo allí secándolo, tardando mucho en secar al bebé, para dejar unos poquitos segundos más, y todo el mundo agobiando… O “¿Por qué no le rompes bolsa, a esta?” y yo todo el rato protegiendo, cerrando la puerta… pero no tenía ninguna autoridad… Muy duro, muy duro…   Entonces yo creo que ahora, trabajando en los partos en casa, la máxima expresión de autonomía profesional de una comadrona es en los partos domiciliarios… En el hospital es  muy duro y muy difícil…

MÍRIAM: Crees que no ha cambiado suficiente?

INMAHa cambiado pero poco. Falta muuuuucho camino todavía.

MÍRIAM: Todavía se desconfía de las comadronas en los centros hospitalarios?

INMAMás que desconfiar es que los médicos obstetras han tomado el mando. Ellos creen que son los responsables de todo lo que suceda en una sala de partos. No saben que la comadrona es responsable de sus actos también y entonces quieren que todo suceda como ellos quieren que suceda y no permiten mucha libertad de autonomía profesional a las comadronas.

MÍRIAM: Qué opinas cuando te mira una madre y te habla de cesáreas innecesareas, de partos súper manipulados, violencia obstétrica… ¿Qué sientes? ¿Qué se te remueve?

INMAMucha rabia, mucha rabia… Y me es difícil porque claro, yo estoy acostumbrada a que luego en casa, estas mujeres logran parir todas, casi todas, y los partos son fáciles y sin problemas. O sea yo veo a las mujeres desde la perspectiva que son mujeres sanas y capaces de parir. Que desde el mismo día que nacieron genéticamente ya tienen el don de saber parir cuando sea el momento. De entrada, todo va a ir bien. Y si no va a ir bien, pues que lo demuestre. En cambio, en el hospital, los médicos tienen la visión contraria…

«O sea yo veo a las mujeres desde la perspectiva que son mujeres sanas y capaces de parir. Que desde el mismo día que nacieron genéticamente ya tienen el don de saber parir cuando sea el momento. De entrada, todo va a ir bien. Y si no va a ir bien, pues que lo demuestre.»

 

MÍRIAM: Enfermedad…

INMAEnfermedad, problema, bomba relojería, puede pasar cualquier cosa, peligroso… “Todo parto es de alto riesgo hasta que se demuestre lo contrario”. Después que ya parió, vieron “oh, en realidad no hacía falta hacer todo lo que hicimos”.

MÍRIAM: ¿Qué ha pasado para que se nos robara, a las mujeres, el poder de parir? ¿En qué momento perdimos esta confianza en nosotras mismas y otorgamos todo el poder al médico?

INMABuena pregunta… Yo creo que el miedo. El miedo al dolor, sobretodo, el miedo a que suceda algo… El miedo de las mujeres da alas al poder de los médicos. Y la visión cultural del parto que ha ido evolucionando con el tiempo, y se ha creado como un paradigma de que un parto es un suceso médico, quirúrgico, muy peligroso, que ha de estar controlado, que ha de haber siempre un médico… Y esto es lo que culturalmente, todavía nuestra sociedad tiene en la mente.

«El miedo de las mujeres da alas al poder de los médicos. Y la visión cultural del parto que ha ido evolucionando con el tiempo, y se ha creado como un paradigma de que un parto es un suceso médico, quirúrgico, muy peligroso, que ha de estar controlado, que ha de haber siempre un médico…»

MÍRIAM: ¿Qué le dirías a una mujer que nos esté escuchando, embarazada, y que se lo ha planteado, pero le da miedo parir en casa… qué le dirías? ¿Realmente es peligroso parir en casa?

INMAYo le diría que es mucho más peligroso parir en el hospital.

MÍRIAM: ¿Por qué?

INMADe entrada porque por norma en casa los partos no se manipulan ni se fuerzan y todo discurre de manera espontánea, de manera que el riesgo de que algo se tuerce es muy muy pequeño. Los partos cuanto más los manipulas, y más rompes aguas y pones oxcitocina, y fuerzas las cosas, más números de que vaya mal. Luego tienes a una o dos comadronas para ti sola en tu casa, y la capacidad para detectar un problema es mayor que cuando estás en el hospital y hay 5 mujeres para una comadrona o dos. Y luego, teniendo un buen plan de traslado, o sea teniendo un coche cerca, mejor a menos de 100 metros de la puerta del domicilio, sabiendo con qué coche, quien conducirá, a qué hospital iremos, y donde estarán las cosas preparadas, y el teléfono del hospital, pues ya podemos estar tranquilas. Los hospitales están bien cuando surge algún problema en casa. Los partos en casa son seguros porque tenemos hospitales donde derivar si hace falta.

MÍRIAM: ¿Cuando se tiene que derivar, el tiempo con que decidís que sí se tiene que ir al hospital es suficiente?

INMASí. La verdad es que no hemos tenido traslados emergentes que nos fuera la vida del bebé o la madre en minutos nunca. Siempre los traslados son con calma, da tiempo a darse una ducha antes, preparar las cosas, recoger y salir.

MÍRIAM: Cuando estáis en un parto en casa para ti qué es lo ideal? ¿Qué recomendarías a una mujer que se lo esté planteando?

INMA:  Durante las últimas semanas tenemos bastante contacto, las comadronas vamos a la casa, tenemos bastante contacto frecuente por teléfono, cualquier detalle que les haga pensar que el parto puede estar empezando nos lo comunican. Pero consensuamos el momento en el que llegamos a la casa las comadronas. El momento sería aquel que de parir en el hospital, ellas hubieran ido al hospital: que el parto esté activo e instaurado. Porque si vamos demasiado pronto podemos cortar el rollo y hacer que el parto se pare. Entonces lo que les recomendamos es que durante la fase previa al parto activo, que es la fase lenta de preparto, que puede ser muy larga y durar días a veces o noches, ellas ahorren lo máximo posible de energías. Que duerman, si viene una contracción cada cuarto de hora, tienen que dormir 14 minutos como sea, que coman, desayunen, cenen… para mantenerse con energía suficiente para cuando comience el parto.

MÍRIAM: ¿Qué índice de éxito tenéis en “Nacer en casa”, “Néixer a casa”?

INMA¿De lograr parir en casa?

MÍRIAM: Sí.

INMAPues de un 92% aproximadamente. Estadísticas de traslado, de llevar a la mamá al hospital aproximadamente entre el 8 y el 10 por ciento.

MÍRIAM: De este 8 o 10, ¿qué porcentaje acaba en cesárea?

INMAEl 3 por ciento. Bueno, no del 8 sino que de todos los partos que atendemos, un 3 por ciento acaban en cesárea.

(sigue)

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La entrevista continúa pero el programa con el que hago el blog no me permite colgar todo el texto porque pesa demasiado. Tendréis que escuchar el audio para tenerla completa. Lo siento, cosas de la informática! :

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Míriam Tirado

Consultora de crianza consciente y periodista especializada en maternidad, paternidad y crianza. Me dedico a ayudar a madres y padres a conectar con sus hijos/as.

8 respuestas

  1. Hola Míriam! Me ha encantado que hayas entrevistado a Inma. La conozco personalmente, durante un tiempo coincidimos en el Hospital, cuando yo estaba trabajando como enfermera en la sala de Maternidad.
    Ahora soy comadrona, la profesión más bonita del mundo!
    Agradezco que hayas entrevistado a una comadrona para que seamos más visibles socialmente, tenemos una profesión maravillosa que abarca toda la vida fértil de la mujer…. pero la mayoría de veces la sociedad solo nos asocia al parto.
    Cuando eres comadrona, cambia tu vida, algo en lo más profundo de tu ser se despierta… y nunca más puedes volver atrás…
    Yo tengo la suerte de trabajar en un Hospital que es respetuoso con las mujeres, donde todas las comadronas vamos a una y defendemos la fisiologia del proceso, donde no se hacen intervenciones innecesarias, donde todo el equipo (obstetras, comadronas, auxiliares….) vamos a una (siempre pueden haber pequeñas diferencias) donde los protagonistas del proceso son la mamá, el bebé y la pareja que acompaña…
    Afortunadamente estamos cambiando, tomando conciencia de la importancia que tiene acompañar el parto y el nacimiento de un bebé con respeto, con confianza en la mujer, y la naturaleza…
    Somos cada vez más los profesionales que dentro del ambiente hospitalario estamos luchando por acompañar el proceso con naturalidad, sin intervenciones innecesarias… Afortunadamente cada vez más las mujeres se están reencontrando con su maternidad, su sabiduría y su intuición femenina.
    Muchas gracias!

    1. Hola Silvia,
      Gracias por tu comentario, por tu experiencia, por dar tu punto de vista sobre vuestra profesión que sí, yo también creo que es posiblemente la más bonita del mundo…!
      Es cierto, hay obstetras que valen un imperio, enfermeras/os que también, comadronas estupendas… por suerte, muchos profesionales son respetuosos y entienden el proceso como lo que es, un momento importantísimo en la vida de madre, padre y bebé. Pero yo como Inma también creo que queda muchísimo por hacer, desgraciadamente.
      Gracias de nuevo por tu comentario, enriquece la entrevista.
      Besos

  2. M’ha agradat molt, he fet una visita a la pàgina de Néixer a casa i he quedat molt impactada amb les fotos. Totes les mares tenen una pau a la mirada, transmeten tanta tranquil·litat… I jo, que sempre havia pensat que parir a casa podria resultar-me estressant perquè em sentiria sola i desprotegida fora de l’hospital, veig que possiblement és totalment el contrari, que quan estic en un entorn hospitalari és quan em sento sola i perduda, com si les meves sensacions i intuïcions no tinguessin res a fer quan s’enfronten als ginecòlegs. Arribo tard per plantejar-m’ho perquè estic de 37 setmanes, però qui sap si en un futur…

    1. Hola, Melibea.
      En primer lloc, bon final d’embaràs i feliç part. Que sigui un viatge fantàstic, pareixis on pareixis. Que en puguis gaudir. Espero que l’entrevista t’hagi estat profitosa.
      Una abraçada ben forta!

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