Lo proclamaré a los 4 vientos!

Lo proclamaré a los 4 vientos!

27.10.08

 

El día que esté embarazada lo proclamaré a los 4 vientos! He estado pensando mucho en ello los últimos días i lo he hablado con Marc. Está decidido; cuando estemos embarazados, lo diremos. Se lo diremos a los que queremos, a la familia, a los amigos. Hace un tiempo que empecé a preguntarme qué sería mejor; si esperar tres meses y asegurarnos de que todo iba bien, o en cambio, dejar eso de lado y hacer lo que nos dijera el corazón. Tengo tantas ganas de tener un hijo que creo que el día que la prueba de embarazo diga “SÍ”, gritaré tan fuerte que me oirán en Kuala Lumpur! Seré tan feliz que se me notaré en la cara. Seré tan feliz que me costaré horrores no contarselo a mis padres, a mis abuelos, a mis hermanos, a mi mejor amiga… ¿Cómo se puede guardar un secreto así cuando la felicidad se escapa por la piel y se va, más allá de lo que tu mismo puedes controlar? ¿Cómo podré comer con mi familia, como si nada hubiera sucedido, como si todo fuera como ayer, como si dentro de mí no estuviera pasando nada? Me conozco y sé que me será imposible.

 

Por otro lado, si no lo digo a nadie… ¿es por el miedo a perderlo?¿Por el miedo a un aborto espontáneo? ¿Por haberselo dicho a la gente y que finalmente no tire adelante?¿Por miedo de encontrarme a alguien por la calle y tenerle que decir que lo hemos perdido, que se ha ido? Si esto sucede, estaré tan triste, tan abatida, que lo que más me apetecerá es que la gente a la que quiero, esté a mi lado. Que me entiendan, que me escuchen cuando tenga ganas de decirles que aquel hijo era lo que más deseaba, que me abracen y me digan que estan conmigo. Si el embarazo que quiero no llegara a su fin, me gustaría que el hijo o la hija que se ha ido, no sea invisible. Me gustaría que la gente no cambiara de tema si me pongo a llorar, o me miren con cara de pena. Querría poder hablar de lo que he sentido o experimentado. Querría poder decir que me siento vacía y que lo que me ha pasado, ha EXISTIDO. Me gustaría que la gente no me dijera que ya vendrá otro, que no pasa nada, que aún soy joven y que, total, sólo era de la mida de un garbanzito.

 

El día que la prueba de embarazo diga que estoy embarazada, lo diré a la gente que aprecio. Porque vivan conmigo la alegría. La tendrán tan presente y serán tan conscientes de ello que, si un día aquel precioso y bello garbanzito se va, me entenderán y podrán vivir con empatía también mi tristeza.

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Míriam Tirado

Consultora de crianza consciente y periodista especializada en maternidad, paternidad y crianza. Me dedico a ayudar a madres y padres a conectar con sus hijos/as.

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