¡Qué regalo!
Hay momentos de lucidez. Hay momentos en que todo tiene sentido y que lo ves todo claro. A menudo estos
Empecé el blog en febrero de 2011, en este apartado encontraras más de mil posts sobre crianza consciente, reflexiones, consejos y mucho más para ayudarte a vivir una maternidad y paternidad plena, consciente y feliz. En mi canal de YouTube encontrarás más de 200 vídeos que te ayudaran a poner perspectiva y humor a tu día a día.
Usa el buscador para encontrar lo que necesitas.
Hay momentos de lucidez. Hay momentos en que todo tiene sentido y que lo ves todo claro. A menudo estos
Cuando mis hijas sean mayores sé que habrá momentos de su crianza que no recordaré, y en cambio, sé que otros los tendré grabados en la memoria para siempre. Este fin de semana he tenido dos momentos de éstos, de los que me parece que recuerdas aunque pasen cinco años, y diez, y veinte. Estoy puérpara. Hace sólo 8 meses que volví a ser madre y eso quiere decir que no tengo filtros, que todo lo vivo sin corazas.
El otro día teníamos un encuentro familiar. Celebrábamos un cumpleaños y había algunas personas que hacía mucho tiempo que no veían a Laia. Ella al principio tuvo aquella vergüenza pasajera que hace que esté más cerca de los padres, pero enseguida fue a jugar con otras personas que estaban en la sala. A medida que fue pasando el rato, ella se fue soltando hasta que llegó un momento en que, si tuviera que definir cómo la veíamos, la palabra sería pletórica.
Cuando hay una desgracia, automáticamente lo que viene es miedo. Miedo de que te pueda pasar a ti, de que pueda pasar a los tuyos. Si eres empático, resuenas con el dolor del otro y eso, aunque no queramos, a veces nos aterroriza. Y el miedo, ya lo sabemos, es “cierre”. Nos cerramos un poco al presente, evidentemente que para protegernos. Es una reacción natural que no debería preocuparnos, siempre y cuando este cierre no se perpetúe, siempre y cuando ese miedo no nos acompañe más de lo que sería «razonable».
Puedo decir que soy feliz, feliz porque sí. Feliz en general y también en particular.
Puedo decir que este sentimiento de profunda felicidad se ha ido gestando a lo largo de los años y sobre todo, pudo nacer tras conocer la infelicidad. Soy feliz, sobre todo, porque un día decidí que quería serlo. Que a mí no me servía lo que decía todo el mundo de que la felicidad son instantes efímeros que vienen sólo de vez en cuando.
Cuando vas de vacaciones passa que eres feliz y que ni el agobio de tener que hacer maletas y pensar en todo para no dejarte nada, te impide estar contenta porque sabes que dentro de unas horas estaréis fuera, todos juntos, para pasar unos cuantos días lejos de todo, rompiendo la rutina, disfrutando de cosas nuevas y lugares por descubrir. Cuando vas de vacaciones a veces pasa que las empiezas con un cierto estrés, porque cuesta llegar, porque parece que esa semana (la última de trabajo), no se tenga que acabar nunca. Parece que hay más del habitual, que no podrás, y estás convencida de que si te pidieran que trabajaras dos días más y retrasaras las vacaciones 48 horas, morirías de agotamiento y de pena.
Ayer, sin saber por qué, empecé a cantar «I’m singing in the rain». Laia me preguntó: «¿qué cantas?» y le
30.11.2011 Estos días estoy triste a ratos, feliz otros. La definición exacta sería que estos días ando removida perdida. Cuando
2.11.2011 Hoy hemos vuelto a casa con lluvia, un poco de niebla y frío. Mucho más frío que el que