Míriam Tirado

Blog de Crianza Consciente

Parto

Actualidad, consejos, reflexiones... ¡y mucho más!

Empecé el blog en febrero de 2011, en este apartado encontraras más de mil posts sobre crianza consciente, reflexiones, consejos y mucho más para ayudarte a vivir una maternidad y paternidad plena, consciente y feliz. En mi canal de YouTube encontrarás más de 200 vídeos que te ayudaran a poner perspectiva y humor a tu día a día.

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por la existencia
Cuentos para adultos
Míriam Tirado

Por la existencia

Ramona tenía 67 años y un cáncer que la mataba. Los médicos le habían dicho que lo tenía en el pulmón derecho y también en los huesos y que el pronóstico más que malo, era fatal. Sin embargo, ella siempre había oído decir a su madre que no mata el mal sino la hora y ella, Ramona, estaba convencida de que si tenía que morir ahora, daba igual que el motivo fuera un cáncer o un accidente de autobús: le había llegado la hora y punto. Ella lo tenía clarísimo y aunque parecía que en el hospital todavía querían hacerle mil cosas para que se medio recuperara, ella sabía que de esta, no saldría adelante. Su hijo José le decía que hiciera el favor de no abandonarse a la enfermedad, que tenía que luchar, que aún era joven y que la actitud, en estos casos, era fundamental. Cuando le decía estas cosas, a Ramona se le rompía el corazón, porque no podía dejar de pensar que cuando ella muriera, su hijo se vendría abajo y ella ya no estaría para ayudarle. Esto era lo que llevaba peor. Eso y no ver crecer a su nieto Nil, de un año y medio, que era su perdición.

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Tratar con cuidado
Parto
Míriam Tirado

Tener hijos, 2ª edición: EL PARTO

«Todos tenemos una caja de pandora cerrada en algún lugar. Una caja donde se esconden (lo sepamos o no) nuestras emociones más íntimas, más profundas, que a veces ni siquiera sabíamos que teníamos. A veces sabemos que la caja está ahí pero no queremos abrirla. Otras lo queremos hacer pero no sabemos dónde está la llave y otras… desconocemos por completo que en nuestro interior había una caja de las de pandora… Pero si hay un momento capaz de abrirlas todas es el parto. Y aquí da igual si el parto es natural, intervenido, en casa, en el hospital, con espátulas, cesárea o ventosa. No importa. Porque el parto, lo que pasa desde que el mundo es mundo y que a la vez, es tan absolutamente difícil de explicar para cualquier mujer que haya vivido uno, nos pone en contacto con aquella caja.

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Amanecer
Parto
Míriam Tirado

TENER HIJOS: Cuando las cosas no van como habíamos previsto …

Recuerdo mi embarazo. Recuerdo la sensación de tener a Laia dentro y pensar «no me dejes, ahora, porque ya te quiero demasiado», y apenas era una pulguita que se movía dentro de mí y yo ni siquiera percibía todavía sus movimientos. Recuerdo la sensación de sentirme estrechamente vinculada a ella a pesar de no haberla visto nunca, no haberla podido tocar, no saber qué cara tenía, ni cómo sería… En aquel momento no entraba nada más dentro de los planes que que todo fuera bien. No podía contemplar otra opción que la de pasar un embarazo feliz, un parto feliz y una crianza feliz. Simplemente no entraba en mi cabeza que le pudiera pasar nada, nada malo, quizás porque algo dentro de mí me decía que a esas alturas, ya me haría demasiado daño…

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Milagro

Las cosas nunca pasan porque sí. Nunca. Poco después de parir tuve un disgusto enorme. Había volcado todas las fotos de los días antes del parto y las de las primeras horas de Laia en el ordenador. De repente, y una vez había borrado la tarjeta de memoria de la cámara, me di cuenta de que no encontraba las fotos por ninguna parte. Como si el ordenador se las hubiera comido. Busqué y rebusqué todas las carpetas y no hubo manera. Maldije la informática y los ordenadores un buen rato, pegando algún grito y diciendo más de un taco. Me puse de mal humor.

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Escuchar, sólo escuchar

Algo muy común cuando estás embarazada es que cuando te encuentras alguna otra mujer por la calle y te dice «oh, qué barriga, ¿cuánto te queda?» y le dices «muy poquito» (da igual si son dos semanas, como si ya has salido de cuentas o si te faltan dos meses…), es que de repente empieza una frase con aquello de «uy, pues yo parí…» y aquí os podéis imaginar cualquier cosa: que os diga que no parió hasta la semana 42, que os diga que se le adelantó dos meses y por lo tanto tuvo un hijo prematuro, que os cuente que el parto fue horrible, la peor experiencia de su vida, que os diga que tuvieron que reanimar al bebé al nacer…

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