Amor incondicional
¡Qué fácil es amar cuando todo va bien! Cuando tu hijo/a te abraza, cuando se ríe y te mira, o
Empecé el blog en febrero de 2011, en este apartado encontraras más de mil posts sobre crianza consciente, reflexiones, consejos y mucho más para ayudarte a vivir una maternidad y paternidad plena, consciente y feliz. En mi canal de YouTube encontrarás más de 200 vídeos que te ayudaran a poner perspectiva y humor a tu día a día.
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¡Qué fácil es amar cuando todo va bien! Cuando tu hijo/a te abraza, cuando se ríe y te mira, o
¿Qué te ha parecido el video? Qué tema, el de gritar y perder los nervios con los hijos, ¿verdad? Es que
El inicio escolar es una removida tengan la edad que tengan los hijos. Hoy me voy a centrar en los
Cuando ya hace un tiempo que tienes hijos te das cuenta que repites muchas frases… y que algunas no tienen
Estoy muy contenta de traeros hoy esta entrevista a Azucena Caballero: «Educar sin castigar» que espero que os sea muy útil
Hoy hablamos de la otra cara de la moneda: los niños pegados o mordidos. Después del video de la semana
Esta frase seguro que la habéis escuchado alguna vez, o la habéis utilizado vosotros mismos. O habéis oído a alguien que la decía de algún otro niño o niña «el hijo de Eva se porta fatal» o «la hija de Ramón es terrible», y cosas por el estilo. Para hablar de todo ello hoy empiezo con una reflexión:
¿Qué es portarse mal? A veces alguien me dice que ese niño se porta muy mal y yo, por el contrario, no veo que haga nada malo. Y al revés, he visto niños con comportamientos que me hacían estremecer y sus progenitores o cuidadores los encontraban de lo más normales. Por tanto, esto de portarse «mal» puede ser muy relativo. Para alguien puede ser que un niño se mueva mucho, o corra, o hable fuerte y reivindique lo que piensa y cree. Por otro puede ser que un niño rompa cosas, pegue, insulte y moleste a los de su alrededor.
Hoy hemos pasado un día fantástico. Hemos ido a la montaña, hemos paseado, hemos tomado el sol ante un paisaje magnífico y hemos ido a comer a un restaurante del primer pueblo que hemos encontrado. Era agradable. Había un grupo de 10 adultos y en otra mesa justo al lado, sus hijos de entre 4 y 10 años aproximadamente. Eran cinco niños. Dos mesas más allá, nosotros tres. Nadie más. El comedor era pequeñito, o sea que se oía y se veía prácticamente todo lo que decía y hacía todo el mundo…
El silencio claramente cotiza a la baja, en todos los sentidos. Las ciudades son terriblemente ruidosas. No hay tienda, restaurante, vagón de tren, centro comercial, etc, donde no se oiga música constante. A veces músicas terribles y altísimas. En muchas casas, la televisión está permanentemente encendida, aunque a veces nadie la mire. Hay ruido, mucho ruido en general en todas partes. Ruido externo pero también… ruido interno.